Los dos testigos protegidos llamados a declarar en el juicio no merecieron "ninguna credibilidad" a los nueve miembros del jurado popular, tal y como salió a relucir en las deliberaciones previas al veredicto. Ambos testigos afirmaban haber visto a dos o a más miembros de la familia Gabarri golpear a Ghana Vasagan, con sus puños, a patadas y con palos. Sin embargo, uno de los testigos, un menor de edad, ni siquiera compareció en la vista oral, y el otro, una mujer, resultó tener una relación de amistad con la viuda del fallecido. Por otro lado, los acusados mostraron que a las horas en que supuestamente se habían enfrentado a Vasagan, entre las 14.00 y las 18.00 horas, estaban, o bien en su casa, en el caso de Antonio y sus padres, o bien mostrando una furgoneta que deseaba vender, en el caso de Jesús Gabarri. La defensa mantenía que Vasagan, que padecía del corazón y tenía graves problemas de alcoholismo, pudo morir a causa de una caída casual.