Aragón ha registrado un total de 1.536 muertes por coronavirus en lo que va de pandemia, lo que ha aumentado la actividad en los tanatorios y cementerios. Y en ella destaca, en el caso de Zaragoza, el número de incineraciones realizadas, que se ha disparado. La cremación es la opción más elegida y ha aumentado mucho sus diferencias con respecto a los que eligen la inhumación.

Hasta septiembre, último mes del que se disponen los datos completos, se han realizado en el tanatorio de Torrero 3.504 incineraciones por las 2.473 que se hicieron en el 2019, un 41,6% más en el mismo periodo de tiempo. La realidad es que, a tres meses de acabar el año, ya se han realizado más cremaciones que en todo el pasado año (3.680 lleva contabilizados frente a los 3.326 de los doce meses del pasado ejercicio), y eso que quedan por delante octubre, noviembre y diciembre, que suelen registrar una mayor mortalidad por la llegada del frío.

Pero la cremación no ha aumentado porque haya descendido el número de inhumaciones, sino porque la cifra total de muertos ha crecido mucho. En los nueve primeros meses del año pasado se enterraron en el camposanto zaragozano 1.829 personas, mientras que en el mismo periodo del 2020 ya se ha dado sepultura a 2.037 difuntos. 208 más o, lo que es lo mismo, ha habido un incremento del 11,3%.

En proporción, el número de incineraciones se ha incrementado mucho más, aunque las causas no están del todo claras. En marzo, durante el inicio de la pandemia, el Ministerio de Sanidad aclaró que no era obligatorio incinerar a los muertos de covid-19, mientras que lo que sí que era recomendable era que no se le realizaran autopsias a los fallecidos para evitar el contacto con cuerpos contagiados.

En total, entre inhumaciones y cremaciones, el cementerio de Torrero ha despedido este año (hasta septiembre) a 5.541 personas, que son 1.239 más de las que recibieron su último adiós en este camposanto en el mismo periodo del 2019. Y la covid está detrás de este incremento, puesto que, comparando el año pasado con el 2018, las cifras de muertos no varían tan bruscamente.

De media, en el 2020 se han enterrado o incinerado a 615 personas cada mes, mientras que en el 2019 ese dato no llegaba a las 500 (478). Abril y agosto son los meses en los que más notable se hace ese incremento de la mortalidad. En el cuarto mes del 2019 se incineraron en el cementerio de Torrero a 290 personas frente a las 666 del pasado abril. En agosto el salto fue menor y se pasó de las 246 a las 432 personas. Y en las inhumaciones se da la misma tendencia: en agosto se inhumaron 81 difuntos más que un año antes.

Los datos coinciden así con el informe MoMo (sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria) que gestiona el Instituto de Salud Carlos III: según su estudio, los periodos comprendidos entre el 22 de marzo y el 21 de abril y entre el 4 y el 15 de agosto fueron los que registraron una mayor mortalidad en relación con los años pasados.