La población reproductora de quebrantahuesos en Aragón se ha doblado en los últimos veinte años, al pasar de 39 a 86 animales, no así el número de pollos nacidos en este periodo, que se mantiene estable

Entre los años 1994 y 2014, se han llegado a controlar de manera satisfactoria 73 territorios, en 47 de los cuales se han registrado puestas de huevos, aunque casi el 50 % de las mismas han fracasado, informa el Gobierno de Aragón en una nota de prensa.

De los 24 nacimientos constatados, han llegando a volar en Aragón diecisiete, lo que supone el 39,53 % de todos los pollos que han volado en todo el Pirineo.

Desde que se comenzó a ejecutar el Plan de Recuperación y se lleva a cabo el seguimiento de la población, el número de territorios de quebrantahuesos ha crecido de manera constante, con una tasa media de crecimiento de aproximadamente el 6 % anual, que no coincide con el número de pollos que vuela cada año, que se mantiene estable.

El hecho es que la productividad de la población (medida en términos de número de pollos volados en relación al de territorios controlados) ha ido decreciendo de manera gradual, por lo que es sobre lo que se está trabajando actualmente,

Junto al seguimiento del estado demográfico de la población, los trabajos del Plan de recuperación en 2014 han mantenido el esfuerzo de aportar alimento de calidad en los 8 comederos específicos para el quebrantahuesos que se mantienen en Aragón, lo que ha supuesto este año algo más de 30.000 kilogramos de huesos.

Esta alimentación suplementaria asegura aporte trófico de calidad que trata de evitar, en la medida de lo posible, los riesgos aún existentes de muerte por envenenamiento y de asegurar la cantidad suficiente de alimento que compense la falta de disponibilidad de comida ligada al descenso en la ganadería extensiva de montaña, fuente tradicional de recursos para esta especie.

El marcaje de los animales, cien desde 1994, ha permitido obtener información sobre aspectos cruciales como los movimientos de los ejemplares, la supervivencia juvenil y las causas de mortalidad.

En 2014 el seguimiento de los Agentes de Protección de la Naturaleza ha permitido trasladar al centro de recuperación de La Alfranca a dos ejemplares heridos y se han detectado tres casos de muerte en la Comunidad.

El plan ha permitido asimismo que el quebrantahuesos haya pasado de ser una especie prácticamente desconocida a ser un ave "popular, valorada y emblemática" en Aragón gracias a distintos programas de educación ambiental dirigidos básicamente al sistema educativo, así como a campañas de sensibilización y divulgación ambiental.

El Gobierno de Aragón, a través de las acciones del Plan de recuperación, comenzó en 2013 la colaboración con el programa de reintroducción del quebrantahuesos en los Picos de Europa, financiado por el programa LIFE12 NAT/ES/000332 y cuyo beneficiario principal es la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos.

En el marco de esta colaboración, este año Aragón ha cedido al programa las puestas de tres unidades reproductoras, seleccionadas previamente de entre un conjunto de parejas que habitualmente fracasan en la eclosión o crianza del pollo.

Los tres pollos nacieron en cautividad en el Centro de Cría en Aislamiento Humano de La Alfranca, y tras un periodo de crianza y aprendizaje en instalaciones del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, fueron liberados en el mes de julio en el Parque Nacional de Picos de Europa, aunque uno de ellos falleció poco después de su liberación tras el ataque de un ejemplar juvenil de águila real.

El quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) es una especie de buitre altamente especializado, que mantiene poblaciones distribuidas por los principales sistemas montañosos de Europa, Asia y del norte y este de África.

Aunque a nivel mundial y según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), no se trata de una especie amenazada, sí que lo está en Europa, donde desde finales del siglo XIX ha sufrido un declive continuo que le ha llevado a la práctica desaparición de las montañas occidentales del continente.

Desde mediados del siglo XX la última población natural viable en Europa, y por tanto con posibilidad de mantenerse por si misma, se ha limitado a los Pirineos y es Aragón, por cantidad de ejemplares, el principal núcleo poblacional de la especie en este continente.