La fluidez del tráfico en las carreteras aragonesas fue de los principales factores que ayudaron a que el nivel de víctimas mortales durante la Operación Salida del 1 de agosto se mantuviera estable con respecto al 2003. A lo largo de los tres días que duró el dispositivo, la red viaria aragonesa se cobró la vida de una persona y dejó un saldo de cuatro heridos graves, casi igual que sucediera hace un año, cuando se constató un herido grave más.

Según explicaron fuentes de la Guardia Civil, el hecho de que el cambio de mes de julio a agosto tuviera lugar a lo largo del fin de semana ayudó a dispersar el número de viajeros y, en consecuencia, los accidentes mortales.