El obispo de Lérida, Salvador Giménez, ha cuestionado hoy, en el comienzo del juicio por la propiedad de los 111 bienes de las parroquias aragonesas, el valor de las resoluciones de los tribunales vaticanos que ordenaban su devolución, y ha explicado que el litigio "ha empezado de cero en una vía totalmente distinta".

Con esta afirmación, hecha ante el titular del Juzgado de Primera Instancia número 1 de Barbastro encargado de dirimir la demanda de propiedad interpuesta contra el consorcio del museo y la diócesis de Lérida, Giménez ha defendido su posición de defensa de 83 de las piezas reclamadas, entre ellas las más valiosas de la colección.

En respuesta a las preguntas formuladas por los representantes del obispado de Barbastro y del Gobierno aragonés, ha admitido que en el acto de conciliación previo a la celebración del juicio reconoció la propiedad aragonesa de las piezas pero que la ley civil de patrimonio de Cataluña le impedía devolverlas.

Ha añadido que su decisión posterior de afirmar que 83 de las piezas son de la Diócesis de Lérida se debe a la aparición de "toda una documentación que se presentó (en los tribunales vaticanos), pero que no se leyó ni se tuvo en cuenta".

El prelado ha rechazado, sin embargo, que en este cambio de posición haya ejercido ninguna influencia la conservadora del museo de Lérida, Carmen Berlabé, a quien la parte aragonesa responsabiliza de promover esta postura.

Ha destacado, además, que no recibió instrucciones de Roma para salirse del consorcio museístico, aunque se ha mostrado convencido de que su salida no hubiera supuesto la recuperación por parte de Aragón de las piezas reclamadas.

"No puedo ir contra la ley civil", ha añadido Giménez para justificar su decisión de no haber hecho ninguna gestión para devolver los bienes en cumplimiento de las sentencias de los tribunales romanos.

Por su parte, el obispo de Barbastro, Ángel Pérez, ha agradecido a su homólogo en Lérida el haber propiciado una reunión con responsables del museo para negociar la devolución de los bienes, encuentro del que, ha dicho, salió "decepcionado" ante la negativa de éstos a llegar a un acuerdo.

Un acuerdo de colaboración, ha añadido, en el que que defendió, como cuestión "innegociable" la propiedad aragonesa de las piezas y la necesidad de que fueran devueltas a las parroquias como legítimas propietarias.

El prelado se ha referido al obispo de Lérida como una "bellísima persona", pero ha admitido que sintió "extrañeza" cuando conoció su posición reciente en contra de la devolución de 83 de las piezas.

Se ha referido, además, a las reuniones mantenidas por sus antecesores, tanto en Lérida como en Barbastro, con el nuncio del Vaticano en Españan, en las que los prelados catalanes firmaron documentos de reconocimiento de la propiedad aragonesa de los bienes.

A su juicio, sin embargo, la "cerrazón" a la devolución de los bienes "siempre ha estado por parte del consorcio, no por mis hermanos obispos".

Se ha mostrado sorprendido cuando los representantes de la parte catalana le han anunciado que habían renunciado a la propiedad de 38 de las piezas, aunque ha recordado que aún no han sido devueltas.

Posteriormente, ha intervenido como testigo el antecesor de Ángel Pérez al frente del Obispado de Barbastro, Alfonso Millián, quien ha precisado que los obispos de Lérida anteriores a Giménez -Joan Piris y Xavier Salinas-, habían reconocido ante el Nuncio la propiedad aragonesa de los bienes.

Según ha explicado, al término de una de las reuniones mantenidas en la Nunciatura, Piris le manifestó: "si fuera por mí, esta misma tarde te devolvería las piezas", y que incluso envió una carta al consorcio con una petición de devolución que fue rechazada.

Ha destacado que uno de los obispos de Lérida que más se opuso a la devolución de las piezas, Javier Ciuraneta, le manifestó enfadado, en una conversación telefónica tras conocer la decisión de los tribunales vaticanos a favor del retorno a Aragón de las piezas, que "la Iglesia no hace justicia".