El Hospital Obispo Polanco de Teruel contará el próximo año con un servicio de resonancia magnética dentro de sus propias instalaciones, según ha anunciado la consejera de Salud y Consumo del Gobierno de Aragón, Luisa María Noeno. De esta forma, se mejorará la prestación del servicio, que actualmente se realiza mediante una unidad móvil en el aparcamiento del hospital.

El gerente del Servicio Aragonés de Salud en Teruel, José Vivó, ha valorado de forma muy positiva la decisión de poner en marcha de este servicio, que paliará la provisionalidad de la unidad móvil. "Es una gran satisfacción porque es un proyecto en el que llevamos trabajando varios años, y que han demandado numerosos sectores, también los profesionales", manifestó Vivó.

Para el gerente, la instalación de este servicio permanente de resonancia magnética supondrá numerosas ventajas para toda la población de Teruel, ya que "se beneficiarán porque se evitarán las molestias de viajes y las demoras que ahora tenemos".

Esta decisión fue anunciada el miércoles por la consejera de Salud durante la presentación del proyecto de los presupuestos de su departamento para el próximo año.

REFORMAS EN EL HOSPITAL Para instalar este nuevo servicio de resonancia magnética será necesario llevar a cabo una serie de obras en el centro hospitalario. Las reformas incluyen el acondicionamiento de la parte superior de una nave anexa al servicio de Radiología que ahora se utiliza para guardar las ambulancias. El proyecto ya está encargado y se dará a conocer en el plazo de un mes, por lo que según ha manifestado Vivó la reforma "podría estar finalizada a mediados de 2005, aunque habrá que esperar a tener el proyecto redactado para conocer el alcance de las obras y la cuantía económica que implica".

Entre los meses de enero y septiembre del 2004 se han realizado en Teruel un total 1.744 resonancias, con una media de 175 pruebas mensuales, aunque la frecuencia varía según el mes. Además, la lista de espera es de unos 15 días.

En la unidad móvil de resonancias, puesta en servicio en julio del 2003 para evitar que los pacientes tuvieran que trasladarse a Valencia, se realizan al año unas 2.300 pruebas.