El objetivo era ambicioso. Recoger 30 toneladas de comida en una sola jornada. Pero la afluencia de gente ya por la mañana hacía prever lo mejor. El centro cívico de las Delicias era ayer uno de los seis de la capital aragonesa que sirvieron de sede al Banco de Alimentos para realizar una campaña de recogida de comida. «Antes de abrir había gente esperando con bolsas llenas de comida para hacer sus donaciones. Yo venía solo a organizar, pero me he quedado porque no hemos parado. Estoy abrumada con la solidaridad de este barrio», exclamaba Lina Montesinos, una de las voluntarias del Banco.

«Cuando nos dijeron lo de las 30 toneladas lo vi mucho, pero viendo esto seguro que llegamos. No sé como irán en otros centros cívicos, pero aquí…», proseguía Montesinos mientras señalaba la cantidad de cajas que tenían ya almacenadas. El motivo de esta campaña de recogida era extraordinario. Durante los meses de abril y mayo, en años anteriores y sin pandemia mediante, la oenegé realizaba diversas acciones en varios supermercados de Zaragoza para conseguir alimentos que luego repartir. Pero este año no se pudieron llevar a cabo. Ni tampoco ahora, y es por eso por lo que han tenido que hacer uso de los centros cívicos y no lo han hecho en tiendas. El acto fue organizado en colaboración con el Ayuntamiento de Zaragoza y la Cadena Ser.

«La verdad es que no esperábamos tanta afluencia porque en un súper es más fácil contactar con la gente. Como estás en la puerta puedes ir informando a todo el mundo que entra, compran y te lo dan. Pero hoy tenían que venir hasta aquí y no les pillaba de paso», explicaba otra de las voluntarias, Cristina, de tan solo 16 años. Junto a ella, dos jóvenes scouts le ayudaban también organizando todo lo que entraba por la puerta del centro. «En total estamos seis voluntarios. Y en dos más de dos horas que llevamos no hemos podido parar ni a tomar un café», aclaraba Montesinos.

Entre los que llevaban comida los perfiles eran muy variados. Había vecinos que vivían cerca y se acercaban hasta el centro andando. Pero había otros que llegaban en coche, dejaban su donación y se iban. Desde Montecanal llegó una furgoneta cargada con alimentos que estaban recogiendo en un supermercado de esta parte de Zaragoza. «Somos de las asociaciones de vecinos del Distrito Sur (Montecanal, Rosales del Canal, Valdespartera y Arcosur). Buscamos una forma de colaborar y aquí estamos», decían Raúl López y Lorena Gregorio mientras descargaban su vehículo. Y también los había muy jóvenes. Joyce, de 20 años, se había enterado de esta iniciativa por Instagram, al igual que Daniel, de 25. «Tengo una amiga en la Cruz Roja y me ha contado que la situación está empezando a ser muy complicada para mucha gente», declaraba el joven, que por eso se había animado a colaborar.

Algo antes, en el centro cívico Teodoro Sánchez Punter, en San José, el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, se acercaba a este otro punto de recogida para conocer la labor de los voluntarios. Le acompañaban la vicealcaldesa, Sara Fernández, la concejala de Hacienda, María Navarro, el de Participación, Javier Rodrigo, y la de Deportes, Cristina García. «Salimos de la crisis sanitaria pero ahora empieza la crisis económica que va a hacer que muchos zaragozanos lo pasen mal», reconocía Azcón, que agradeció su labor a los voluntarios del Banco de Alimentos y a los de la ciudad de Zaragoza, que también participaron en la recogida.