El Ministerio de Defensa asegura que "los objetos que llevaban encima" los cadáveres de los 62 militares españoles muertos en Turquía en el siniestro del Yak-42 y que sirvieron para llevar a cabo su identificación quedaron dentro de los ataúdes por orden del juez turco que dirige la instrucción del caso en Ma§ka (Turquía). Una explicación que ha indignado a los familiares de las víctimas, que reafirmaron sus dudas acerca de si los restos que enterraron pertenecían realmente a sus allegados.

En una respuesta parlamentaria al PSOE, y dada a conocer por Europa Press , el departamento dirigido por Federico Trillo asegura que "fue decisión del juez turco que los objetos que portaban encima los cadáveres como anillos, placas o documentación, así como el propio uniforme, y que habían facilitado la identificación, quedasen depositados dentro de los féretros, junto con los restos, en relación a su regreso y enterramiento en España".

Recientemente, el secretario de Política de Defensa, Javier Jiménez-Ugarte, declaró que no se habían realizado pruebas de ADN a las víctimas para evitar que el proceso se demorara durante varias semanas.

Sin embargo, la explicación conocida ayer fue calificada por varias familias como "lamentable" y arroja nuevos interrogantes sobre el destino que tuvieron los efectos personales, sobre todo en los casos de los militares que fueron incinerados.

Una de las viudas, de nombre Ana, y que optó por la cremación de los restos de su marido, indicó a este periódico que ahora han aumentado sus "miedos" respecto a la identificación de los cuerpos: "Los restos llegaron precintados y no nos dejaron verlos. Por eso, no sé si los enseres estaban dentro, porque no pude comprobarlo".

Asimismo, Ana dejó entrever que estos datos podrían provocar una reacción general de las familias a la hora de solicitar la exhumación de los cadáveres y que no entiende cómo, según la nueva versión oficial, pueden permanecer objetos como relojes o crucifijos en la base de Getafe, si en teoría esos efectos también ayudaron a la identificación.

Otros familiares incluso plantearon la posibilidad de que estos hechos obedezcan al intento de esconder por parte del ministerio "el pésimo trabajo de los médicos".

En otra respuesta parlamentaria al grupo socialista, Defensa también apunta que los trabajos se llevaron a cabo en 36 horas y que los criterios generales de identificación se basaron "en la coincidencia de los datos antemortem aportados --al tratarse de personal militar filiado y mayoritariamente uniformado-- con los datos postmortem (raza, sexo, facciones, documentación encontrada)".

El ministerio concreta que la identificación se realizó en 36 horas e intervinieron médicos españoles, turcos y ucranianos.