El Rabal, Las Fuentes, San José, Delicias, Torrero... Los barrios tradicionales de Zaragoza pueden tener calles similares a Don Jaime I en un futuro próximo. Ese modelo de plataforma única, elevar a la misma cota la calzada y la acera para pacificar el tráfico, gusta pero urge aprovechar las críticas vecinales y de los comerciantes de este céntrico vial para hacer las cosas mejor en esas otras zonas que están también interesadas. Según explicó el responsable de Urbanismo, Pablo Muñoz, llegará adonde se cumpla el mismo patrón: aceras estrechas y con la red de tuberías renovada. Eso consigue hacer una actuación barata y rápida, en el centro o donde el tejido vecinal diga.

El debate y la polvareda por las obras en Don Jaime I abría ayer la puerta a exportar el modelo de plataforma única, pero no a la velocidad ni de la manera que pretende el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC). Sentar a la mesa a debatir a vecinos y comerciantes de este y otros distritos llevó a Muñoz escucharse todo tipo de críticas por las formas de gestionar, con escaso diálogo con los afectados, un proyecto que, curiosamente, tiene más aceptación que rechazo. De hecho, recibió el rapapolvo unánime por no consultar previamente y la necesidad de llevar ese mismo modelo a otros viales. Según él, con prioridad en el Casco Histórico, pero algunas asociaciones y grupos políticos ya plantean trasladarlo a los barrios tradicionales.

«Recogeremos propuestas y elaboraremos un plan de actuación para replicarlo en otras calles. No vamos a hacerlas nosotros, sino que las que haga el tejido social y vecinal», explicó el edil de ZeC antes de iniciar la reunión en el consistorio. Al final, el objetivo se reorientó, aunque al menos fueron capaces de llegar a acuerdos. El más relevante, acometer la plataforma única que se pretende en la trasera de la Lonja y hasta el puente de Piedra, la cuarta fase del proyecto de Don Jaime I, «en enero», después de las Navidades, para minimizar afecciones.

Las propuestas que anotó, al final estuvieron más referidas a Don Jaime I. Porque le detallaron, los afectados de la calley colectivos como Cermi, la necesidad de arreglar aceras que ahora son resbaladizas, cubrir los alcorques y corregir la pendiente que dibuja esa plataforma única en dirección a los números impares que hará, en días de lluvia, que les entre agua. Recogió todas esas «deficiencias» para solventarlas en enero. Y antes, para las Navidades, pactaron impulsar una «potente campaña de promoción comercial» con iluminación, dinamización y alicientes para atraer clientela.

RETRAÍDOS POR LA TENSIÓN

La tensión latente por la falta de diálogo exhibida en este proyecto de Don Jaime I consiguió que hasta los que habían hecho los deberes para trasladar propuestas de futuro, optaran por guardarlas para mejor ocasión. Como la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza, representada por Juan Carlos Crespo, que apenas trasladó iniciativas. Comentó la posibilidad de crear un «carril bus segregado en San Vicente de Paúl» que sea capaz de ganar eficiencia para el transporte público sin perder carriles, «aunque haya que suprimir algunas plazas de aparcamiento», o la necesidad de «regular mejor los horarios de la carga y descarga».

En cartera tiene otras, como la posibilidad de «dar prioridad en el aparcamiento a los residentes», habilitando más plazas de zona naranja y menos de azul, más utilizadas por visitantes de otros barrios «que pueden acceder en transporte público». Y con ello, además, planteaba la posibilidad de establecer «bonos especiales» para la clientela del pequeño comercio, haciendo que el estacionamiento en la zona no sea un hándicap insalvable.

Alicientes para favorecer a un tejido comercial y vecinal muy molesto, y con el que empatizan por las formas pero no en el fondo. El modelo de plataforma única gusta y mucho en la margen izquierda, que acudían a la cita con el consistorio para trasladar que su «único objetivo es que tiene que seguir circulando el transporte público por Don Jaime I» y que exportar ese modelo a otras zonas «requiere de un análisis global, enmarcarlo en el Plan de Movilidad, para establecer cómo y cuándo hacerlo». Pero no comparten las dudas sobre la peatonalización de este vial. «El Puente de Piedra lleva 27 años con fisionomía peatonal y con tráfico restringido, y nadie duda que seguirá siendo así. Lo que hace falta es agilizar las obras para que los vecinos de la margen izquierda no sigan perdiendo entre 3 y 9 minutos más con los desvíos actuales en el bus», expuso Rafael Tejedor, de la asociación del Arrabal.

DOS MILLONES

«Desde el principio quedó claro que Don Jaime I no se peatonalizaría. Es una arteria importante y nunca ha estado en duda», destacó Raúl Machín, gerente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). Su visión es más propositiva que crítica, ya que instó a acometer más mejoras como la iluminación o la propia campaña de promoción del comercio. Pero está lejos de «demonizar el modelo de cota cero». De hecho, recordó que «la primera que se hizo fue en el Coso con el tranvía y también generó mucha polémica, pero el tiempo ha demostrado que es un modelo que gusta». Solo pedía, que se cuente con los vecinos y comercios previamente.

Una dosis de realidad para ZeC en esa decisión que, según Muñoz, «es muy firme y va a ser una realidad» en otras calles. Este explicó que «no es tanto un problema de dinero, sino de ir priorizando y haciendo». Y será «un proceso continuo y seguiremos al menos lo que resta de corporación». Unos dos millones de euros hay, dijo, antes del tirón de orejas colectivo, en ese proceso de mejora continua de viales que, en los próximos meses tendrán nombre y apellidos.