La Audiencia Nacional paraliza de nuevo las obras para la construcción del embalse de Mularroya al reconocer, en un fallo al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, que la presa así como su azud de derivación y conducción de trasvase, infringe lo prevenido en la Directiva Marco del Agua en relación al cumplimiento de su artículo 4 sobre objetivos medioambientales. Un proyecto que provoca el deterioro de las masas de agua de los ríos Grío y Jalón, así como de los acuíferos de las Sierras de la Virgen y Vicort. Además, se refleja también que ni el estudio ni la declaración de impacto ambiental identificaron y analizaron todos los elementos relevantes para determinar el alcance de dichos desperfectos.

Al producirse ese deterioro solo se puede autorizar la obra si se cumplen las condiciones estrictas establecidas por la Directiva Marco del Agua, y en el caso de Mularroya, según se refleja en el fallo, no se daban por lo que no se justificó de manera estricta en la planificación hidrológica. La sentencia va en la misma línea que tumbó definitivamente el proyecto de la construcción del embalse de Biscarrués.

«Estamos muy contentos, hemos ganado por cuarta vez a un Estado que se empeña en retorcer la ley para hacer unas obras que son ilegales, que ha conllevado la destrucción de muchos emplazamientos naturales y de valor», expresó el presidente de la plataforma, Manuel Mercado.

El pantano de Mularroya se trata de una de las grandes obras hidráulicas que quedaron enmarcadas dentro del Pacto del Agua de Aragón que se aprobó en 1992, cuyo proyecto fue redactado en el 2001. La trayectoria judicial de este almacén natural de agua viene de lejos, y no es la primera vez que salta a la palestra la polémica medioambiental de las obras en la comarca del Valdejalón. Contó con dos sentencias que lo anulaban, tanto por la Audiencia Nacional, en el 2009, como por el Tribunal Supremo en el 2013.

Desde la plataforma critican que el Estado y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) continuaran con el proyecto, a pesar de contar con estas dos sentencias en contra, y claros indicios de impactos negativos sobre los ríos y la biodiversidad. De hecho, la CHE realizó una nueva declaración de impacto ambiental en el 2015, cuya aprobación sería impugnada en el 2016 y ante la Audiencia Nacional por la plataforma Jalón Vivo y Seo Birdlife. Es ahora de nuevo cuando la justicia comunica su sentencia, y a fecha del 23 de marzo del 2021, el juez ha vuelto a anular la resolución del 12 de agosto de 2015 por la que se aprobó el proyecto del embalse de Mularroya porque supone el deterioro de las masas de agua de los ríos Grío y Jalón, así como de los acuíferos de las Sierras de la Virgen y Vicort.

Asimismo, desde Jalón Vivo recuerdan que esta se trata de una sentencia que mucho tiene que ver con la resolución del Tribunal Supremo que tumbó definitivamente el plan de construcción del embalse de Biscarrués. De hecho, este último también contaba con sentencias anulatorias que obligaban a declarar como zonas Red Natura 2000 varios de los emplazamientos afectados.

Ambas organizaciones lamentan que este caso, el de Mularroya, demuestra una vez más que no «funciona la tutela judicial ambiental, y que sin medidas cautelares definidas la justicia ambiental queda desprotegida ante la política de hechos consumados que se incentiva desde las administraciones públicas». «No puede ser que una obra que este en juicio se autorice para construirse», aseveró el presidente de Jalón Vivo.