Lo que no han conseguido los vecinos de Rosales del Canal lo ha logrado el reguero de deudas que ha dejado la empresa Coebro con sus proveedores. Las obras de construcción de las nuevas instalaciones de la asociación Remar en este barrio del sur de Zaragoza llevan paralizadas "más de 20 días" porque la constructora que contrató para levantarlas lleva meses sin pagar a otras subcontratadas para proporcionarle el material, realizar la vigilancia o manejar la grúa. Después de que muchos de ellos presentaran un juicio cambiario, el juez ordenó intervenirla y ordenarle que suspendiera la actividad hasta que abone lo que adeuda.

Así lo explicaron a este diario fuentes oficiales de Remar, que explicaron además que ellos han "abonado más de un millón de euros" a esta empresa, "cumpliendo rigurosamente con todas las certificaciones de obra" que le han ido pasando en este más de medio año de trabajos. Ahora solo piensan en que se reinicie la ejecución, a la que le falta "la mitad del proyecto" y un plazo de un año, según la licencia, para terminar.

Aún así, la asociación confía en que "en menos de diez días" entre a trabajar otra empresa a la que ya han contratado para acabar sus instalaciones en Rosales. "Incluso podrían empezar antes de que acabe la semana, porque solo falta regularizar esta situación", el papeleo.

Aún así, las deudas de Coebro "rondan el millón de euros", por lo que lo abonado hasta ahora debería ser suficiente para que los proveedores de esta cobraran. Pero dependen de la intervención judicial y de los ritmos que llevan un proceso como en el que se encuentra inmersa esta empresa, "en suspensión de pagos", aseguró Remar.

Así que el parón que sufren las obras desde el pasado mes de marzo solo será un espejismo. O al menos eso esperan en la asociación, que aseguró también haber "contactado con muchas de estas empresas subcontratadas para que sigan trabajando en la ejecución del proyecto". Ya con la nueva empresa, con la que esperan que no vuelvan a producirse más problemas hasta que se acaben.