Una infraestructura de la envergadura de Motorland cuenta con tres circuitos. Entre ellos el de velocidad, el de kárting y uno de tierra. En todas las ejecuciones han sido necesarios ajustes presupuestarios. En el caso del de kárting, por ejemplo, se tuvo que reasfaltar varias veces la zona de los boxes hasta dejarlo en condiciones. En total, la obra se disparó en 500.000 euros. A todo ello habría que sumar los problemas que surgieron con la empresa que gestionaba las instalaciones, que acabó marchándose indemnizada por Motorland. En cualquier caso, lo sucedido con el diseño del prestigioso ingeniero Hermann Tilke supera todas las previsiones. Sobre todo si se tiene en cuenta que las previsiones de inversión en todo el complejo rondaban los 70 millones de euros. Una cifra que se podría alcanzar solo con el trazado de velocidad. Tampoco los circuitos de tierra han estado exentos de modificados. El 31 de agosto del 2008 se aprobó una, por ejemplo, por valor de 194.000 euros. A todo ello hay que sumar una serie de conceptos como la formación de comisarios para las carreras, que precisó la inversión de 20.000 euros o el asesoramiento en actividades paralelas al mundo del motor, con un precio de 22.000 euros, que han ido engordando el apartado de costes de este proyecto.