El pasado día 18 se firmó una providencia en el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza por la que se le ordenaba a la propietaria de los suelos de Brial a que interviniera "de forma inmediata" en la cubierta y la fachada de la residencia de la familia Averly, una de las edificaciones catalogadas de las instalaciones de la vieja fundición. Y se hizo porque la inspección detectó deficiencias con riesgo claro de desprendimiento.

Una supervisión que se producía después de que, recientemente, algunos árboles y el viento hubieran soltado algunas de las tejas y de que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón ordenara al consistorio que obligara a los dueños, la empresa Brial, a garantizar su buen estado.

Esta tiene que "apear y apuntalar los elementos sustentantes de la cubierta que estén dañados; sustituir otros en mal estado, como tejas, lucernarios, chimeneas o aleros; y hacer una revisión pormenorizada de balcones y otras partes de fachada".