La Policía Nacional ha detenido en Zaragoza a ocho personas por amenazar a la esposa de un joven al que acusan de robar a un pariente suyo aprovechando que acababa de morirse. Los hechos tuvieron lugar en un piso del número 105 de la calle Casta Álvarez, en el barrio de San Pablo. Hoy pasarán a disposición judicial.

Todo ocurre, según pudo saber EL PERIÓDICO, la noche del pasado lunes cuando un vecino del número 77-79 de dicha vía zaragozana fallece por causas naturales. Cuando los familiares de este hombre acudieron a la vivienda se la encontraron revuelta y echaron en falta algunos objetos personales.

Rápidamente sospecharon de un joven de origen magrebí y los miembros de esta familia, de etnia gitana, decidieron ir a pedir explicaciones a la casa del joven. Allí no estaba, pero en el interior de la misma estaba su esposa y una niña recién nacida. No dudaron, según estas mismas fuentes, en agarrarla del cuello para despertarla. Mientras le pidieron, entre insultos, que les dijera el paradero de su pareja o la matarían.

Uno de los allí presentes se dio cuenta de que la bebé estaba en la habitación y, supuestamente, la cogió de una de las piernas, la puso boca abajo y acercó un cuchillo, a la vez que le exigían saber dónde estaba su esposo o tomarían represalias contra la menor.

«NO SE NADA»

La víctima pidió que la dejaran en paz, que no sabía nada. Soltaron a la niña y cogieron por los pelos a una amiga de la mujer, quien se encontraba durmiendo en la casa, consiguiendo sacarla a rastras del domicilio.

Inmediatamente, la mujer llamó a la Policía Nacional para denunciar lo sucedido. La rapidez con la que se presentaron los agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón hizo que en las inmediaciones fueran arrestadas estas ocho personas, seis mujeres y dos hombres. Cuando les realizaron el cacheo, los agentes hallaron en sus bolsillos una serie de documentos que corresponden con la víctima.

Mientras la mujer estaba siendo atendida por los agentes, un hombre comenzó a gritar frente a la ventana de su cocina que le abriera. Al parecer, se percató de la presencia de los agentes y decidió salir corriendo del lugar, aunque no pudo ir muy lejos porque fue interceptado en las inmediaciones de la plaza de las Armas.

Los ocho detenidos se encuentran a la espera de pasar hoy a disposición del Juzgado de Instrucción número 4 de Zaragoza, en funciones de guardia. La magistrada titular del mismo tendrá que decidir si les envía a prisión o si les pone en libertad provisional, aunque con medidas cautelares de alejamiento con respecto a la víctima. En caso de quebrantar una orden de estas características se revocaría el auto judicial y tendrían que ingresar en el centro penitenciario de Zuera.

Los gritos de auxilio por parte de la víctima como los de los arrestados alarmaron a los vecinos de estas calles del popular barrio del Gancho que vieron a esta familia cómo perseguía corriendo a dos ciudadanos de origen argelino, mientras afirmaban que iban a matarlos. De hecho, varios residentes llamaron a la sala del 091 del Cuerpo Nacional de Policía alarmados por lo que estaba pasando en esos momentos.