Los buceadores del Cuerpo de Bomberos de Zaragoza realizaron ocho servicios en los seis primeros meses del año. En dos, fue preciso el uso de equipos de inmersión para la recuperación de cadáveres. El primero se produjo el 23 de mayo en el canal Imperial. Un coche se precipitó al cauce y falleció el conductor; el acompañante logró salvarse. En el segundo suceso, el 12 de junio, los buzos se sumergieron en una balsa de riego de La Muela para extraer el cadáver de un hombre ahogado. "Se ha perdido la costumbre de bañarse en los ríos y las piscinas tienen socorrista. Han descendido las muertes por ahogamiento. Y el número de intervenciones se ha reducido", dice Ricardo Escanero, oficial jefe de Bomberos.