Año y medio lleva funcionando en Zaragoza el servicio de mediación hipotecaria y ya acumula 280 expedientes abiertos y hasta 1.150 atenciones para consulta o asesoramiento. Son las cifras de una oficina antidesahucios --así se le denominó coloquialmente-- que tiene en su haber un registro todavía más importante para el ciudadano: ya ha actuado en el 97,3% de los casos.

Con resultados muy dispares, tanto como el perfil de quienes acuden a solicitar auxilio a un servicio público que surgió para atajar el creciente número de desahucios en la capital. Y los escandalosos episodios vividos a pie de calle de familias que se veían expulsadas de sus domicilios por las dificultadas para hacer frente a su hipoteca.

El último consejo de administración de Zaragoza Vivienda, celebrado esta semana, sirvió para hacer balance de los resultados obtenidos hasta el pasado 31 de enero. Desde que en junio del 2012 se pusiera en marcha con la ayuda del Gobierno de Aragón y la colaboración del Colegio de Abogados de Zaragoza. Y el más contundente es que de las 280 solicitudes que llegaron a la oficina, 259 casos ya han superado las tres fases previas de análisis por parte de los servicios técnicos, sociales y jurídicos, y de ellos, en 252 ya se ha intervenido y siete están pendientes de mediación. Casi la totalidad, lo que dice mucho de la realidad que vive la sociedad zaragozana. Que las familias realmente no pueden pagar esas hipotecas, no que no quieren.

En este sentido, hay que tener en cuenta cuál es el resultado final también. Aunque eso no sea tan positivo como que la Administración agilice su intervención. En este caso, solo 61 siguen en trámite.

TIPOLOGÍA Del resto, 64 casos acabaron en una refinanciación de la hipoteca o novación; en 19 se dio una solución al préstamo hipotecario por venta del inmueble o nulidad procedimental, entre otros motivos; solo 23 acabaron con la dación en pago o compra por subrogación y liquidación del crédito; en 50 resultó fallida por la inadmisión de las entidades financieras; en 17 lo hizo por inadmisión de los deudores hipotecarios; y en 18 fueron los peticionarios los que acabaron renunciando a la mediación.

Mientras, otra de las conclusiones más importantes que deja este balance, y que reafirma la idea de cómo padecen más los efectos de esta crisis las clases medias y bajas de la sociedad, es que en 236 de esos 280 casos analizados, la vivienda afectada por una hipoteca que sus dueños no han podido pagar no vale más de 180.000 euros. Por mucho que sea también llamativo que en otros 44 valoren ese valor. Además, en 58 casos la entidad bancaria ya había interpuesto la demanda, por 222 en los que no la tenían.