El Ayuntamiento de Zaragoza ha ofertado la gestión de los quioscos diseminados por los barrios de la ciudad a colectivos sin ánimo de lucro para acabar con la infrautilización de estas instalaciones que se viene arrastrando desde hace años. Desde el área de Servicios Públicos se ha contactado con organizaciones no lucrativas y se trabaja ahora para cerrar la cesión de al menos cuatro chiringuitos para actividades propias de las asociaciones. Una vez concluidas las negociaciones, se procederá a licitar los quioscos que hayan quedado vacantes.

Los contactos con las organizaciones sin ánimo de lucro se iniciaron en el verano. Aunque desde Servicios Públicos aún no pueden precisar el número exacto de entidades sociales que han aceptado la propuesta municipal, apuntaron que esta cifra oscila entre cuatro y seis. Los responsables de cada colectivo tienen ahora que presentar en el consistorio la documentación que acredite el interés público de sus organizaciones.

"Lo que se intenta con esta medida es reactivar la vida de los barrios en torno a estas instalaciones. Desde Servicios Públicos se detectó que en los últimos años venían quedando infrautilizadas ya que muchos de los quioscos, sobre todo los que no se ubicaban en el centro de la ciudad, quedaban vacantes cuando salía su gestión a concurso", explicaron fuentes municipales.

En los dos últimos años, tan sólo uno de cada cuatro quioscos-bares de la ciudad ha abierto al público durante los meses de primavera y verano. En esta última temporada, de los 34 que se encontraban distribuidos por los parques y vías públicas de la ciudad, nueve permanecieron con la persiana bajada por la falta de empresarios dispuestos a explotarlos. La mayoría de los chiringuitos inactivos eran clásicos que o bien no despiertan el interés de los hosteleros o bien su licitación se ha ido retrasando por cuestiones administrativas, como sucedió con el quiosco de San Pablo.

Los hosteleros coincidían al señalar que la explotación de algunos de estos quioscos, sobre todo en el entorno de los barrios, no resultaba rentable por las dificultades para acceder a los parques en coche y las limitaciones municipales para instalar estructuras que permitan prolongar la temporada hasta el otoño e invierno, tales como toldos, zonas acristaladas o estufas especiales para terrazas.

Desde Servicios Públicos se pretende ahora no limitar el uso de estas instalaciones exclusivamente a la hostelería, sino ampliarlo a colectivos sociales que le den vida a lo largo de todo el año.