Las fiestas del Pilar son las únicas en Aragón que todavía tienen opciones de celebrarse. El Ayuntamiento de Zaragoza está trabajando con múltiples escenarios para adaptarlos a la situación sanitaria del momento con la mirada puesta en el día grande de la ciudad: la Ofrenda de Flores. Hay varias posibilidades pero dos son las que cobran más fuerza a día de hoy y completamente dispares entre sí. Por un lado estudian limitar cada grupo oferente a una pequeña representatividad, para reducir el número de participantes en el acto y la duración. Y por otro, todo lo contrario, que se divida en dos o incluso más días para repartir a las cientos de miles de personas que acuden y evitar la habitual aglomeración.

Son dos de las opciones en las que trabajan desde el área de Cultura que también tiene en mente preparar una virtual. Si algo está claro es que estos Pilares serán bien diferentes porque se van a evitar las multitudes en la calle.

Para lograrlo se ha decidido descentralizar las fiestas. La concejala de Cultura, Sara Fernández, explicó que la idea se adoptó ya el año pasado, al finalizar las fiestas, y que el coronavirus no ha hecho más que acelerar el proceso. Según explicó durante la comisión de su área, y tras ser preguntada por Vox, se está trabajando con los centros cívicos para que se conviertan en pequeñas sedes, de manera que, además de conseguir que las fiestas lleguen a todos los barrios, se conseguiría repartir a la población, evitando aglomeraciones en el centro de la ciudad. En paralelo, Fernández explicó que están trabajando en nuevos formatos digitales para ofrecer programación cultural en streaming, mediante pantallas o de forma virtual.

VIRTUAL / Desde Zaragoza Cultural están contactando con empresas para ver cómo se podría hacer una ofrenda virtual. Aseguran que esta opción es muy posible que se lleve a cabo independientemente de que también la haya presencial. Lo que tienen claro es que la Virgen lucirá como acostumbra en la plaza del Pilar.

Desde el grupo de trabajo, que se formó a principios del confinamiento para estudiar cómo ofrecer alternativas al sector cultural, que ha tenido que suspender sus actividades, se han diseñado distintos escenarios que siguen en estudio. Además de dividir en dos días la Ofrenda, también barajan que sea celebre con grupos reducidos, una opción más factible porque su organización es más sencilla y menos costosa e incluso desde los balcones en caso de volver a estar confinados. «Todo es posible», matizan desde el área. El consistorio lleva años pensando en dividir la ofrenda en dos días porque cada 12 de octubre se apuntan más oferentes y aumenta su duración.

Fernández explicó ayer que trabajan «desde la incertidumbre» porque todo dependerá de la evolución del covid. «Lo hacemos con un escenario en el que volvamos a estar confinados y tener que hacer una ofrenda virtual, hasta que haya cierta normalidad», comentó. Lo que si aseguró es que «no serán multitudinarias y de calle aunque la situación sea la de siempre». Además, este año es muy posible que la afluencia de turistas sea mucho menor, con las consecuencias económicas que ello tiene para la ciudad. Por ahora siguen sin decidir qué hacer con los escenarios de conciertos o con el Espacio City, que en caso de abrir tendrá que adecuar su aforo. También está por ver qué sucederá con las muestras gastronómicas.

La máxima con la que se trabaja en Cultura es la protección, la seguridad y la salud. Entre los planes de Fernández entra la creación de «espacios seguros», zonas en las que se pueda certificar que cumplen con los requisitos sanitarios. «Sabemos que el free-covid no existe, pero sí que se pueden cumplir con unas garantías». Todavía tienen tiempo para afinar los escenarios aunque el reloj empieza a contar y en julio tendrán que mover la maquinaria administrativa para llegar a tiempo. Para la Ofrenda sí habrá más tiempo de reacción.