Va a cumplirse un mes del desalojo de los okupas del hotel San Valero de Zaragoza que se trasladaron la mayoría de ellos a una especie de campamento bajo los porches del Departamento de Servicios Sociales del Gobierno de Aragón, en los antiguos juzgados de la plaza del Pilar. Exigen un techo bajo el que vivir dignamente al tiempo que rechazan vivir de forma temporal en el albergue.

Así lo aseguró ayer el alcalde de la capital aragonesa, Jorge Azcón, durante una visita a las viviendas de propiedad municipal que el ayuntamiento ha habilitado para que los sintecho puedan emanciparse. «Se les ofreció al día siguiente por parte de los Servicios Sociales de Ayuntamiento de Zaragoza la posibilidad de que se alojaran en el albergue, si bien, en el ejercicio de su libertad, desecharon esa opción», señaló, a la vez que apuntó que «esas personas son el perfil de las que queremos que vayan destinadas las viviendas sociales».

El hecho de que declinaran el ofrecimiento de instalarse en ese equipamiento y la alta demanda de soluciones habitacionales hace que estas personas se hayan cerrado una puerta que les daría prioridad para conseguir su reclamación. Allí, los trabajadores sociales hacen el seguimiento de todo aquel que no tiene una vivienda en la que poder residir y que quiere ser ayudado.

Piden una VPO

El promotor de la okupación del hotel San Valero, que se hace llamar Llanero Solitario, por su parte, insistió en su reclamación de una vivienda digna «que es un derecho que está en la Constitución».

A través de un videocomunicado en las redes sociales, este hombre pidió a las diferentes administraciones que les concedan una vivienda de protección oficial, de alquiler social o, incluso, propuso que se reconviertan espacios públicos para viviendas sociales.

«Seguimos en la lucha y denunciamos la dejadez y la poca vergüenza de los servicios sociales pagados por el Gobierno de Aragón por dejarnos aquí, con todo lo que la calle conlleva», afirmó, mientras solicitó «que de manera urgente se reúnan con colectivos sociales para que se reestablezca la cordura».

Asimismo, volvió a criticar el desalojo que la Policía Nacional realizó a finales del mes pasado con autorización judicial. «No deberían de permitirse estos atropellos y tropelías», añadió este hombre que fue uno de los tres detenidos. En su caso, los agentes procedieron a su arresto después de que amenazara con quemarse a lo bonzo con una garrafa de gasolina en la mano que llegó a vaciar sobre su cabeza. La rápida actuación policial impidió que cumpliera su aviso.

El promotor de la okupación también tuvo palabras de agradecimiento para los colectivos y demás entes que les apoyan como la plataforma Stop Desahucios o el CSO Kike Mur que okupa la antigua cárcel de Torrero.

El desalojo del edificio llega tras una denuncia de la Sareb, el llamado banco malo, y tras el malestar que la presencia de los indigentes había causado entre algunos vecinos de la calle Manifestación, muy próxima a la plaza del Pilar. Los residentes en el hotel, algunos con problemas de salud y con signos visibles de deterioro físico, vieron en este hotel abandonado hace nueve años un refugio en el que vivir. Algunos no estaban en la capital aragonesa, pero respondieron a la llamada del promotor de esta iniciativa. La mayoría acude al comedor social de la parroquia del Carmen. Fue durante los meses del confinamiento.