El consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, admitió que los datos de la lista de espera de la comunidad autónoma son "manifiestamente mejorables". Una forma suave de decir que son malos, y de asumir que los llamados planes de choque no han tenido los resultados esperados. Pero mientras, el departamento sigue ocultando los datos y desde junio no los publica en la página web. Su titular reconoció ayer que no está cumpliendo con su obligación de permitir que los ciudadanos tengan acceso a las cifras. Algo que no casa demasiado bien con el llamado Gobierno de la transparencia.

Pero eso a Oliván parece darle igual. Y todo apunta a que no publicará los datos hasta que sean buenos. O al menos defendibles. No hay que olvidar que el PP, cuando estaba en la oposición, hizo de las listas de espera uno de sus caballos de batalla y aseguró hasta la saciedad que una vez gobernase se reducirían notablemente. Una vez en el Pignatelli la realidad indica lo contrario.

A falta de datos claros y reales, el consejero de Sanidad se sacó de la manga otro plan de choque, que se va a poner en marcha en horario vespertino a partir de abril o mayo, con la contratación de profesionales y aumentará la actividad de Oftalmología en el hospital Provincial de Zaragoza para dejar "prácticamente a cero la lista de espera en esta especialidad", mientras que para el resto espera lograr "cifras socialmente aceptables". No especificó qué significa tal expresión. El consejero admitió que con el incremento de actividad quirúrgica en horario ordinario confiaban en que iban a conseguir reducir las listas de espera "en mayor medida" de lo que lo han hecho. Oliván echó mano de las cifras; estas sí las especificó y subrayó que en el 2013 se han efectuado 5.000 intervenciones más que en el 2012, sumando más de 67.000, además de que el año pasado, "por primera vez, se han equilibrado las entradas y salidas en las listas de espera". Añadió que los ciudadanos exigen el "máximo compromiso" y aseguró que por eso el Gobierno ha hecho un plan de choque.