El consejero de Sanidad del Gobierno de Aragón, Ricardo Oliván, recibió el pasado martes de la mano de la ministra de Sanidad, Ana Mato, un galardón concedido por la compañía editorial Sanitaria 2000 al consejero "más relevante" del año. El acto, que se celebró en el Museo del Traje de Madrid en el marco de la Cena de Verano de la Sanidad Española, encumbró a Oliván como el gran triunfador de la décima edición de los premios a la Administración sanitaria.

La publicación Redacción médica, de la que Sanitaria 2000 es propietaria, argumentó en su editorial, que Oliván "es un buen ejemplo de que en la sanidad hay sitio --y debe seguir habiéndolo-- para otros perfiles no necesariamente médicos ni asistenciales. Sus conocimientos profesionales, madurados en las Cámaras de Comercio, le estarán sirviendo, a buen seguro, para atravesar estos tiempos difíciles en los que es fundamental tener en mente el aspecto económico de cada decisión que se tome, por muy sanitaria que sea".

Asimismo, la publicación destaca que "Aragón es una autonomía políticamente compleja y Oliván no se ha arredrado ante las dificultades de partida. De hecho, su principal característica, y por la que el jurado le ha concedido el premio a consejero más relevante del año, ha sido la determinación política con la que ha adoptado decisiones que le han generado no pocas contestaciones y consiguientes conflictos, tanto sociales como profesionales". En ese sentido enmarca el "controvertido relevo" al frente del Salud con la salida de María Ángeles Alcutén y la llegada de Ángel Sanz.

"Oliván es un claro defensor de una reforma integral de la sanidad. Su opinión la apoya en una visión económica de un sistema que no puede seguir financiándose durante más tiempo con los métodos tradicionales", indica la editorial.

En su discurso, el consejero destacó el "el esfuerzo y el trabajo de todos los profesionales de la sanidad aragonesa" y subrayó que para la DGA "siempre ha primado el paciente por encima de los intereses particulares".