El consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, evitó ayer, en el pleno de las Cortes, cuantificar la lista de espera para pruebas diagnósticas y apeló a la "multitud" que se realizan, "cada una con sus características y muchas de ellas sin estar automatizadas", para asegurar que "es imposible decir cuántos aragoneses hay esperando una de ellas".

Oliván, sin embargo, reconoció que en algunas de ellas hay un "cuello de botella" que se está intentando solventar, e insistió en que las urgentes "se priorizan al máximo y tienen una respuesta inminente".

El titular del departamento contestó así a una pregunta formulada por el diputado socialista Eduardo Alonso, que cuestionó a Oliván por el número de pacientes que se encuentran en lista de espera para pruebas diagnósticas y qué plan de choque prevé para reducirlas, "dada su multiplicación en los últimos años".

El consejero replicó que el Salud ha realizado hasta octubre del 2014 30 millones de pruebas diagnósticas y análisis, 620.000 más que en el 2013, que son 1,8 millones si no se cuentan las analíticas, lo que demuestra, según Oliván, que "se está trabajando más".

Alonso, sin embargo, detalló que más de mil personas esperan en Jaca un diagnóstico oftalmológico y que en mayo había 1.269 ecografías pendientes, 1.370 resonancias o 730 rayos simples, lo que significa un "incumplimiento" de las garantías asistenciales.

Además, en respuesta a una pregunta de la diputada de CHA Carmen Martínez, Oliván admitió demoras en el hospital San Jorge de Huesca para la realización de pruebas mamográficas, debido a una avería que sufrió el aparato en el 2013 y que tardó unos meses en sustituirse, acumulando retrasos en las citas.

El Gobierno de Aragón, ha agregado, tiene "esperanzas" en el nuevo mamógrafo, puesto que sus características pueden contribuir a reducir esa demora, al requerir menos tiempo por paciente para hacer la prueba.