Sobre el aborto impera en el Gobierno de Aragón el pensamiento único. Lo constató ayer el consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, que admitió que su opinión al respecto es la misma que la del Ejecutivo y que esta a su vez se corresponde con la de la presidenta, Luisa Fernanda Rudi. Es decir, hay que preservar el derecho del no nacido porque "es la parte más débil, que debe ser protegida desde el Estado de derecho porque el derecho a la vida es fundamental, esencial y troncal", según las palabras de la lideresa.

No abundó tanto Oliván, seguramente para no meterse en charcos como acostumbra. Aguantó, eso sí, una catarata de críticas de todos los grupos de la oposición. Sobre todo de la portavoz de IU, Patricia Luquin, que calificó de "vergonzante" la actitud del Gobierno. "El PP solo defiende sus intereses y sus creencias, no los de la mayoría de la ciudadanía", lamentó.