-El consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, ha mostrado su apoyo al grupo de cooperación formado por productores de cereza, cooperativas, empresas de las comarcas de Calatayud y el Aranda y el CITA para impulsar la creación de una marca de calidad diferenciada bajo la figura de Identificación Geográfica Protegida (IGP).

Olona, quien hoy participa en el II Encuentro Profesional de la Cereza de la comarca de Calatayud, ha insistido en la importancia de potenciar y mejorar la promoción en el sector agroalimentario, según apuntan fuentes del Gobierno de Aragón.

A su juicio, la zona de Calatayud y el Aranda es "un referente a nivel nacional en la producción de cereza", pero además de hablar de cantidad, hay que hablar de calidad, y por eso el Ejecutivo apoya este proyecto de cooperación y su apuesta por la creación de una marca de calidad que contribuya a aumentar la calidad agroalimentaria diferenciada en Aragón.

Este proyecto de cooperación se enmarca dentro de la nueva línea de ayudas destinada a potenciar la innovación y la cooperación en el sector agroalimentario a la que el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad ha destinado 13,3 millones esta legislatura.

El objetivo, añaden las fuentes, es suplir la dependencia de la renta de los agricultores y ganaderos de las ayudas de la PAC (cercana al 30 por ciento), e introducir mejoras en los agrosistemas productivos que permitan incrementar la rentabilidad de las explotaciones y hacerlas más sostenibles y competitivas en un mercado agroalimentario globalizado.

Durante la jornada de hoy, Jaime González Buesa, del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), ha hablado sobre tecnologías post-cosecha en la cereza y a continuación, el secretario general de la Federación Española de Asociación de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (FEPEX), José María Zalbidea, ha profundizado en la comercialización internacional.

La cereza de la zona de Calatayud y el Aranda está considerada cereza de montaña, ya que se produce en altitudes que varían desde los 400 a 1.000 metros de altura, con variaciones de temperatura extrema que hacen que el producto cuente con una calidad excepcional.

Estos factores permiten el cultivo de diversas variedades, que se recogen desde mayo hasta la primera quincena de agosto.