El consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, ha reconocido hoy que "el desarrollo rural exige la voluntad política de hacer frente a la desigualdad social, lo que se traduce en una política de Estado y una acción coordinada de Gobierno".

Así lo ha manifestado en la conferencia que ha impartido por invitación de la Asociación Profesional para el Desarrollo Agrario (AIDA), que celebra este año el cincuenta aniversario de su constitución, informan fuentes del Ejecutivo autonómico en una nota de prensa.

En el caso del Gobierno de Aragón, el consejero ha explicado que la estrategia se asienta en dos ejes fundamentales: provisión de servicios básicos de proximidad de alta calidad en los ámbitos de la educación, la sanidad y la asistencia social y, por otra parte, impulso de la actividad económica generadora de crecimiento y empleo, con actuación preferente en la agroalimentación, la logística y la energía renovable como sectores estratégicos.

Objetivos que para llevarse a cabo precisan, ha reconocido, de ciertas condiciones, una de ellas, "conjurar" el victimismo rural y el oportunismo político, "que se retroalimentan para frenar el desarrollo".

El consejero también ha recomendado no confundir la garantía de acceso a los servicios con implantar cualquier servicio en cualquier parte sin garantizar unos estándares de calidad.

Estas condiciones específicas de calidad han de traducirse en factores de atracción hacia medio rural, donde, por otra parte, debe aprenderse a "vivir en baja densidad", por lo que la especialización y diferenciación productiva en función de las características territoriales han de ser asimismo, señala, un elemento a valorar.

Por otro lado, Olona considera que no hay que confundir política agraria con política de desarrollo rural ni reducir el desarrollo rural a la metodología Leader.

En este sentido, previene sobre la "tentación" de financiar el desarrollo rural con cargo a la política agraria y califica de "tremendo error" enfrentar al campo con la ciudad, pues "ambas sociedades se necesitan y la solución a muchos de sus problemas radica en el desarrollo de sus interrelaciones".

El titular de Desarrollo Rural ha explicado que la baja densidad demográfica es lo que mejor caracteriza la ruralidad, de ahí que afirme que "Aragón es una región predominantemente rural", de acuerdo con el criterio empleado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).

En este sentido, dichas fuentes informan de que Aragón cuenta con una densidad de población de 28 habitantes por kilómetro cuadrado, casi 65 puntos por debajo de la media nacional, lo que la sitúa como la cuarta comunidad española con menor densidad, tras Castilla-León, Castilla-La Mancha y Extremadura.

No obstante, para Olona el problema "no está en la baja densidad demográfica, es decir, en la ruralidad propiamente dicha, sino en la despoblación" y en el envejecimiento de la población, que "puede hacer irreversible la regresión rural".

De ahí que vea necesario prestar una atención preferente a las mujeres y a los jóvenes del medio rural para garantizar la continuidad de estas sociedades, algo que, reconoce, hace la política agraria, pero que es "insuficiente" para promover un desarrollo rural eficaz, por eso, a su juicio, "no cabe esperar que la agricultura, por sí sola, pueda afrontar los retos del desarrollo rural".

La agricultura, ha reconocido, es "imprescindible" y a ella le corresponde el uso dominante del suelo en los territorios rurales, pero más allá de esta circunstancia y otras asociadas a ella como estabilidad de los ecosistemas o industria agroalimentaria, la estrategia territorial debe tener en cuenta todos los recursos e impactos endógenos y exógenos en sendos enfoques local y regional.

Por último, el consejero ha explicado el PDR (Programa de Desarrollo Rural) aragonés, que debe hacer frente a los fallos de mercado y operar contracorriente en un mundo cada vez más urbano, algo para lo que "no existen soluciones estrictamente técnicas" y que "exige una acción política".