Hace una semana el municipio de Olvés, en la comarca de Calatayud, se quedó sin bar y sin centro social. Los anteriores dueños del negocio decidieron dedicarse a otra cosa, por lo que el lugar de reunión de este pueblo, en el que viven 70 personas, se ha quedado sin regentes. Pero en el consistorio no quieren ver cómo desaparece este servicio, por lo que la alcaldesa, Iluminada Ustero, ha decidido emprender una búsqueda para encontrar a alguien que se haga cargo del establecimiento. En tan solo un día ya ha recibido seis correos demandando información y varias llamadas.

Y es que los incentivos no son pocos. La alcaldesa de Olvés ofrece, para las personas que cojan el bar y el centro social, una vivienda gratis y no se cobrará alquiler por el local. La luz, además, se pagará a medias y de la calefacción se hará cargo el consistorio. Se exige, eso sí, que los nuevos dueños se den de alta como autónomos para poder operar con legalidad. «Buscamos a alguien que desee hacerse cargo, y nos encantaría que viniese con su familia, pero admitimos otras ofertas. Vamos a aplicar todas las rebajas y exenciones posibles», explica Ustero. Los nuevos propietarios además se harán cargo también del bar de las piscinas y durante el verano se beneficiarán de la gran afluencia de gente que visita el pueblo. «Durante las fiestas seremos unos 500 y el bar está en el centro del pueblo», explica la regidora.

Asimismo, Olvés, que está a 14 kilómetros de Calatayud, cuenta con servicio de autobús escolar para los pequeños del pueblo. En la actualidad hay dos niños que acuden al colegio a la capital bilbilitana y tres que van al instituto.

Con esta oferta Olvés quiere conseguir que reabra su bar, que es el centro de reunión de todos los vecinos. «Sería muy triste que no abriera, pero sinceramente creo que alguien lo cogerá. Ya ha estado algún periodo vacío y al final viene alguien», dice. Ustero piensa, además, que el bar del pueblo puede ser un gran atractivo para las personas que, por culpa de la pandemia, se han quedado sin trabajo en las ciudades.

«Hay mucha gente con experiencia en hostelería que no está trabajando porque han cerrado y aquí tendrían una buena oportunidad», añade.

La alcaldesa, de todas formas, no oculta los inconvenientes que tiene este negocio. «No se van a forrar», aclara, pero si consiguen atraer público suficiente una familia pequeña puede mantenerse. Además, en la zona hay varias empresas en las que podría trabajar uno de los dos miembros de la unidad familiar para contar con ingresos extra. «Teniendo en cuenta que los costes son reducidos y la vivienda es gratis y que aquí tendrán una vida tranquila creemos que puede merece la pena», explica la regidora.

Todo dependerá de los esfuerzos que inviertan los nuevos propietarios. «A los bares de los pueblos de la zona, que también son pequeños, va mucha gente a almorzar», asegura Ustero. Se trata de atraer público nuevo para no depender solo de los vecinos del pueblo que, por otra parte, son fieles parroquianos del lugar. «Hay muchas posibilidades y les vamos a apoyar», dice. Ahora, conforme vayan llegando los candidatos, se procederá a seleccionar al que más ganas e ilusión muestre. «Un pueblo sin bar y sin centro social es un pueblo sin vida», dice la alcaldesa. Y por ello quieren encontrar a la persona idónea que devuelva la alegría y la ilusión a la barra del bar de Olvés.