Hasta once municipios aragoneses se verán beneficiados a lo largo de esta semana (cuanto antes, según el ministro de Sanidad, Salvador Illa) de la ampliación de las libertades de movimiento de la fase 1 de la desescalada. En concreto, de la eliminación de las restricciones horarias para dar paseos y practicar deporte. El Ejecutivo central quiere ampliar esta ventaja de los municipios de hasta 5.000 habitantes hasta los de 10.000, lo que en el caso de Aragón implicaría a once localidades: Caspe, Binéfar, Sabiñánigo, Zuera, Andorra, La Almunia de Doña Godina, Alagón, Tauste, La Puebla de Alfindén, María de Huerva y La Muela. Al menos, según los últimos datos del censo.

La medida dejaría fuera de momento a otras localidades como Tarazona (por apenas medio millar), Jaca, Cuarte de Huerva, y en general las de mayor tamaño, incluidas las capitales de provincia. Entre las que sí podrán beneficiarse, pese a algunos últimos brotes detectados como el de una residencia de Binéfar, el Gobierno de Aragón no tiene intención ni ve motivo para frenar esta iniciativa.

Así lo expuso este domingo el presidente de la DGA, Javier Lambán, en la comparecencia posterior a la décima conferencia telemática de presidentes autonómicos con Pedro Sánchez. Un encuentro en el que le insistió, según dijo, en que el ámbito rural debería de verse beneficiado y «acelerar» el desconfinamiento. Incluso si solo Zaragoza capital tuviera que sacrifiarse, algo que, según él, la ciudadanía «entendería». Pero el Gobierno proclive a desescalar por comarcas ni unidades menores a la provincial, al menos en el caso de Aragón.

Esto no impide, eso sí que Aragón insista. Lambán lo llegó a calificar de «tensión constante» en las negociaciones con el Ministerio de Sanidad, cuyas decisiones, eso sí, acatan. Lambán insistió ayer en que la movilidad podría darse perfectamente entre las tres provincias aragonesas, «incluso entre las comunidades autónomas limítrofes», siempre que los indicadores sanitarios no lo desaconsejen, como así consideran las autoridades aragonesas.

También apuntó que, una vez que las comarcas pasen a la fase 2, estarían «perfectamente capacitadas» para avanzar de inmediato a la fase 3. Insistió, en definitiva, en que «la despoblación, por una vez, no sea una desventaja» sino un acicate para los territorios, para lo cual también pidió que las comunidades tengan un mayor papel en la organización de la desescalada en sus territorios. Algo que no parece probable, ya que Sánchez anunció que, incluso en el próximo avance en el estado de alarma, en el que las autonomías recuperar casi todas sus competencias, el mando sanitario seguirá unificado.