El niño de diez años que a finales del mes pasado resultó electrocutado en el Centro Aragonés del Deporte (CAD) del Actur fue operado ayer con éxito en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde le colocaron una placa en el cráneo para intentar regenerar el hueso que perdió, quemado, por la descarga.

Esta se produjo cuando tocó una valla a la que daba corriente un armario eléctrico. La responsabilidad está teóricamente establecida, pero el resultado permanece secreto. El incidente le dejó tres días en coma, pero despertó sin daños cerebrales. El orificio craneal se lo detectó el pediatra una vez dado de alta, ya que en el escáner, con la inflamación, no se percibía.

Según fuentes familiares, el niño volverá al quirófano el lunes, para que los cirujanos comprueben si la técnica ha dado resultado. Si el hueso no se regenera, utilizarán una placa permanente.