El hospital Infantil de Zaragoza realizó cuatro intervenciones quirúrgicas el pasado martes a niños saharauis del programa Vacaciones en Paz 2014. El departamento de Sanidad junto al equipo de Quirófanos Solidarios intervino a los pequeños aprovechando su estancia estival en familias de acogida de la comunidad aragonesa.

Los diez especialistas en cirugía pediátrica, anestesia, médicos, personal de enfermería y limpieza que forman de forma voluntaria este equipo de "quirófano solidario" realizaron con éxito las cuatro intervenciones. Los niños, que pasaron la noche en el centro tras la operación y dados de alta a la mañana siguiente, fueron atendidos por patologías normales infantiles, en concreto una hernia, amígdalas y dos criptorquidias --anomalía congénita que afecta a los testículos del niño--.

El programa Vacaciones en Paz dirigido a menores saharauis incluye a su llegada asistencia odontológica y un reconocimiento médico gratuito en los centros de atención primaria del Servicio Aragonés de Salud. En este chequeo realizado a su llegada a la comunidad es cuando se diagnostica si tienen algún problema de salud y si este puede ser resuelto de manera rápida mediante cirugía. Así, una vez hechos los reconocimientos de los niños se agrupan los casos para no interferir con las cirugías programadas.

Este año son 145 los pequeños que las asociaciones de amistad con el pueblo saharaui en Aragón han conseguido traer a la comunidad. Alouda, Lestifta, Asaps, Um Draiga y Arapaz junto a la Delegación del Frente Polisario cuentan cada año con la colaboración del Gobierno de Aragón y numerosos voluntarios.

AÑO A AÑO Larousi es uno de los niños que fue operado de criptorquidia el pasado martes en el hospital Infantil de Zaragoza. El pequeño de 11 años reside todo el año, como el resto de participantes del programa, en uno de los campamentos de refugiados de Tinduf. El año pasado le diagnosticaron esta patología a su llegada a Zaragoza pero por falta de tiempo no pudieron practicarle la cirugía. Junto a su familia adoptiva le espera una semana de recuperación en su casa de Lucena de Jalón, donde según su madre adoptiva, Susana, ya está totalmente integrado con los niños del pueblo.

"Gracias a la solidaridad de todo el mundo Larousi podrá pasar un año mejor en el campo de refugiados. Ya habla español perfecto y esperamos que siga viniendo unos años más con nosotros", explica. Desde Um Draiga aseguran que la experiencia con las familias es inmejorable y que todos los niños "se llevan 2 o 3 kilos más a casa cuando se van".

Jesús Maestro, miembro de Um Draiga, afirma que estas estancias "dan fuerza a los pequeños para aguantar todo el año en el campo. El ejercicio que hacen, o comer fruta y lácteos se nota mucho para su salud y desarrollo. Su familia lo agradece mucho después. Además saben que con nuestra ayuda no están solos y lo valoran mucho", recuerda.