El presidente del Gobierno aragonés, Javier Lambán, puso ayer la voz aragonesa en el diario catalán La Vanguardia, mediante un artículo de opinión titulado Sijena, la verdad y el Estado de Derecho. Un texto en el que desarrollaba el punto de vista del Ejecutivo aragonés sobre la vuelta de los bienes, que «no tuvo nada que ver, por mucho que se repita lo contrario, con la suspensión de competencias aparejada a la aplicación del artículo 155 de la Constitución».

Lambán recordaba que el exministro Íñigo Méndez de Vigo, como responsable de Cultura de la Generalitat entonces, «se inhibió descaradamente, razón por la que el juez hubo de disponer de la fuerza pública».

El presidente considera «un hito memorable de nuestro ordenamiento democrático» el desenlace del traslado, que entre otras cosas ha permitido «utilizar con propiedad el lenguaje». Porque al hablar de «expolio» se obvia que fueron «anarquistas llegados de Cataluña» a finales de julio de 1936 quienes quemaron el monasterio, y el también catalán José María Gudiol quien arrancó las pinturas, pese a no tener competencia para actuar en Aragón.

Lambán aspira a que no se «intoxique» a la opinión pública con «falsedades» como que Aragón no puede conservar los bienes o que le impulsa «un cerril anticatalanismo». Y critica que el independentismo utilice Sijena como parte de su «ficción» para suscitar «un sentimiento colectivo de enfrentamiento visceral».