Se rompe la cultura del pacto, se acaba con una tradición democrática del ayuntamiento". Con estas dos frases, los portavoces del PP y del PAR en el Ayuntamiento de Zaragoza, José Atarés y Manuel Blasco, respectivamente, acogieron ayer la confirmación de su exclusión de la Junta de Gobierno Local. Atarés, muy crítico, consideró que la decisión es "grave", puesto que la oposición siempre ha estado presente en la comisión de Gobierno a la que sustituye la citada junta. Por su parte, los aragonesistas ratificaron que propondrán al partido abandonar sus delegaciones, la concejalía de Turismo y el Instituto Municipal de Empleo y Fomento Empresarial.

El concejal popular consideró que la exclusión "desenmascara" la imagen de Belloch como "hombre de entendimiento y cercano". Su compañero de grupo Jorge Azcón aún fue más lejos al considerar que la decisión del alcalde supone un cambio "a peor" en la política municipal porque habrá "menos transparencia" en la gestión.

Azcón hizo especial énfasis en que la primera aplicación de la Ley de Grandes Ciudades sea precisamente excluir a la oposición de la junta y no desarrollar algunas mejora de la "calidad democrática municipal" que prevé la ley. "Nos quita de enmedio sin preocuparse de los cauces de información y participación de la oposición. Es sangrante", dijo.

El edil popular recordó que Zaragoza era, junto a Huesca y Teruel, de los pocos ayuntamientos en los que la oposición estaba presente en la comisión de Gobierno. "La ciudad no gana nada, pierde. Pierde el punto de vista del PP, que recibió el respaldo de 110.000 zaragozanos", añadió.

El portavoz aragonesista señaló que el equipo municipal pretende restar a la oposición una posibilidad de reflejar sus posturas. "La ley no impide estar a la oposición en la Junta de Gobierno, pero PSOE y CHA quieren ganar la votación por 10 a 0 pese a que tendrían la mayoría absoluta asegurada", dijo.

Manuel Blasco entiende que el hecho de no participar en dicho órgano supone una quiebra de confianza en el PAR, por lo que se sienten obligados a proponer al partido el abandono de sus delegaciones.