De nuevo el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) pone de acuerdo al resto de grupos municipales en su contra. El responsable de las finanzas municipales, Fernando Rivarés, les reunió ayer para explicar los avances en la negociación con la DGA por la futura ley de capitalidad y recibió el rechazo unánime de PP, PSOE, Ciudadanos (C’s) y Chunta a su estrategia y a la ocultación de datos de relevancia. Por condicionar el posible acuerdo al cobro de la deuda del Ejecutivo o a que el consistorio tenga plaza en el consejo asesor de la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión (CARTV). Para ellos rompe el consenso alcanzado sobre no introducir elementos que pudieran poner en riesgo su aprobación. O, como está pasando, la retrase.

Todos acusaron a ZeC de «mentir», de «engañar» y esto supone una «pérdida de confianza». Lo más amable fue el «último voto de confianza» que le dio Sara Fernández, de C’s, quien animó a rehacer el «frente común», pero avisó de que «no es un cheque en blanco ni habrá actos de fe».

EL CORREO

Para el portavoz del PP, Jorge Azcón, ZeC vuelve a la casilla de salida. Lograr 50 millones anuales sigue «extraordinariamente lejos» y se sienten «absolutamente engañados». Exhibió un correo electrónico del coordinador general de Alcaldía, Iván Andrés, al director general de Administración Local de la DGA, Sergio Pérez, que decía que «los artículos de financiación van condicionados a la aprobación de la disposición sobre el mínimo garantizado y las deudas». E insistía en «la presencia de la CARTV», que era un «tema importante».

Todos recordaron que Rivarés negó en el pleno tal solicitud al anunciarlo el socialista Javier Trívez. Este ayer hizo más hincapié en los «dos meses perdidos» y le instó a «reconocer los errores y avanzar», en lugar de «poner trabas» como estas o como desvelar «conversaciones de pasillo» en las que la DGA ofrecía 5 millones.

«Decepción y engaño» dijo sentir Carmelo Asensio, de CHA, por el uso de aspectos que «lejos de favorecer la ley, la complican». «Es increíble la capacidad que tienen de quedarse solos», añadió.

Rivarés replicó que la deuda o el consejo de la CARTV no condicionarán un acuerdo, que «es mejor aunque sea mediocre» que si no lo hay. Pero está paralizado porque la financiación, 5 millones al año, es una cantidad «ridícula». Negó la ocultación --ZeC les dio el correo--, y lo achacó todo a los «ataques histéricos de la derecha» para boicotearla. Había amenazado con demandar a Azcón por difamación pero se lo está pensando porque no sabe «si ir a un juzgado es dar más pábulo a la indecente actitud de un concejal». Destacó que PP y PSOE cambian de opinión al gobernar. «Debe ser que el Pignatelli ejerce una energía negativa que te cambia la cabeza».