Siempre que se habla de convocar una oposición surge el mismo debate en la Administración, la oportunidad para unos puede ser el ocaso para otros. La expulsión de interinos que llevan varias décadas trabajando, y bien, frente a la opción de dar oportunidades a personas cada vez más preparadas para un examen y que podrían ver en una prueba como esta la oportunidad de construir su futuro o enmendar su presente. Generar expectativas o salvaguardar al personal que, sin tener plaza fija, eligieron servir a los ciudadanos cuando tenían la juventud de quienes ahora pujan por quitarles el puesto. Lo que no se había visto nunca era a funcionarios que pelean por la plaza de un interino solo por cambiar de ocupación dentro del consistorio.

Esta curiosa circunstancia es la que se avecina en los próximos meses, ya que se ha detectado que varios oficiales de instalaciones deportivas que ganaron su plaza en la última oposición, siendo antes interinos, decidieron presentarse a las de oficial de mantenimiento que se convocó después también pese a tener la plaza ya ganada. Picaresca o no, la movilidad en el organigrama ya existe por otras vías, aunque es cierto que cada vez es más complicado que la concedan, pero llama la atención, porque no es habitual, que un interino gane una plaza fija de funcionario y pelee a renglón seguido por la silla de otro interino, con el que además parte en igualdad de condiciones porque los méritos de uno y otro pueden ser idénticos. Así que, en esos casos, el que más nota saca en el examen gana.

Para muchos de los aspirantes esta debería ser la normalidad, y no la reserva que siempre se hace para que el personal interino que, con su experiencia, han ganado puntos, partan con ventaja en las calificaciones. Pero esa es y será la eterna duda: ¿quién va a plantear públicamente que se convoquen las oposiciones que se deberían haber sacado ya en Zaragoza hace años? ¿Los sindicatos? ¿Los partidos políticos? Y, sobre todo, si se hiciera, ¿qué dirían todos ellos cuando los interinos que no consiguieran la plaza se manifestaran protestando porque la Administración les expulsa habiendo casi mil vacantes sin cubrir todavía?

Pues bien, la picaresca lleva a la rocambolesca situación de que si se confirma que esos funcionarios se hacen con la plaza de mantenimiento estando ahora en instalaciones deportivas, estos pedirán la excendencia en Deportes para ocupar su nuevo puesto y el ayuntamiento no podrá contratar a más personas, generando nuevas vacantes. Pero hecha la ley, hecha la trampa.