El Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) aprobará hoy su propuesta de ordenanzas fiscales para el 2019, que implicará, tal y como se avanzó el pasado mes de julio, una bajada generalizada del IBI a los 300.000 hogares de Zaragoza del 2% y nuevas bonificaciones en el impuesto de circulación para vehículos híbridos, hasta un 65% se estimaba. Una propuesta de mínimos que beneficia a la mayoría de los inmuebles o, si no hay acuerdos a la hora de aprobarlo, se traducirá en un incremento generalizado que podría llegar al 6%.

Esta es la misma dinámica de cada año para forzar un pacto con la izquierda en el ayuntamiento, cerrando la puerta al resto de tributos que pueden resultar más conflictivos. Como por ejemplo la categoría almacén, que el año pasado, con los votos de PSOE y CHA, consiguió subirle el recibo a todos aquellos aparcamientos comunitarios o de grandes superficies comerciales con un valor catastral superior al millón de euros.

Hace dos meses, cuando se intentaba negociar, mantener esta subida era la moneda de cambio para aprobar una bajada del IBI en año electoral, a cambio de controlar el descenso de los ingresos municipales en solo 2 millones de euros menos que este ejercicio. Pero ni siquiera se sentaron a hablar. Porque en este tema, como en casi todos, el golpe de ZeC dado en las sociedades marcará el debate de los impuestos del año que viene.