El órgano de la iglesia de San Pedro de Zuera ha vuelto a sonar después de más de medio siglo en silencio a causa del deterioro de su maquinaria. Su recuperación ha sido posible gracias a la restauración realizada por el equipo de organeros del taller de Joaquín Lois, unos trabajos cuyo coste ha ascendido a 183.386 euros y que haN sido financiados entre la Diputación Provincial de Zaragoza, el Arzobispado de Zaragoza y el ayuntamiento zufariense.

Este instrumento, construido en el año 1548 por el maestro organero Hernando de Córdova, sustituyó al que existía anteriormente en el templo zufariense. En 1710 se realizó una reforma importante en el órgano que le dio un toque barroco, fisonomía y sonoridad que conserva hoy en día.

En el siglo XIX se ejecutaron pequeñas intervenciones, "la mayor parte de ellas de mantenimiento", según explica el párroco de Zuera. Ya en el siglo XX se agravó el deterioro de algunas de las piezas, aunque aún estuvo funcionando hasta los años 50 en que dejó de sonar.

LA RESTAURACION Así se ha mantenido hasta 1998, en que comenzaron las labores de recuperación. Hace sólo unos días los vecinos del municipio así como el equipo municipal encabezado por Javier Puyuelo, pudieron escuchar de nuevo el magnífico sonido del órgano en el concierto inaugural que ofreció el zaragozano Juan San Martín.

Este organista, profesor de clave en el Conservatorio de Gran Canaria, organista de Santa Engracia (Zaragoza) y colaborador en El Pilar, interpretó diez piezas de diferentes estilos y épocas, como la Corrente Italiana de Cabanilles, la Chacona en Re menor de Pachebel, las obras de Zipolli --All ofertorio, Postcomunion y una Devoción -- y, para finalizar, una improvisación sobre el tema veni creator espiritus .

"Con cada una de las obras pude mostrar la riqueza tímbrica de este instrumento, así como la variedad y personalidad de los registros de que dispone. Si bien, hay que destacar la trompetería del órgano, que, ayudada por la buena sonoridad del templo zufariense, hace que suene grandioso", explicó el concertista. Este joven músico destacó "los registros del arca de ecos, concretamente el flautado, clarín y la corneta, porque permiten hacer cientos de contrastes sonoros".

Tras el primer recital la idea es que este instrumento "siga sonando en las ceremonias que se realicen en el templo, aunque habrá que buscar un organista que lo toque", explica el párroco.