El suelo urbanizable es la principal reserva de riqueza de los pueblos cercanos a Zaragoza. No constituye ninguna irregularidad el hecho de que los ayuntamientos aspiren a aprovecharse del boom inmobiliario, siempre que se respete la normativa legal y el procedimiento cuente con el control del Gobierno aragonés para evitar que el legítimo lucro de las promotoras derive en pelotazos inmobiliarios y que los beneficios contribuyan a un desarrollo sostenible.