La oseometría, la prueba que confirmó las sospechas de la pareja y que habría revelado la verdadera edad de la niña, es una simple radiografía. De la mano izquierda y de frente. La placa, en todo caso, muestra también parte del brazo, lo que permite analizar la longitud de los huesos y valorar el denominado cartílago del crecimiento. Su comprobación mediante estándares de referencia internacional determina, con un pequeño margen de error de uno o dos años, la edad ósea de una persona. Y rechazó que la niña india adoptada por la pareja de Zaragoza tuviera siete años. «La edad ósea es el mejor indicador de la biológica, que es el desarrollo de todos los procesos madurativos del organismo, pero no siempre coincide con la cronológica», explica Ángel Fernández, pediatra experto en Endocrinología y trastornos del crecimiento.

En Aragón, el inicio de la pubertad en las niñas está establecido en torno a los 10 años y seis meses, cuando se empiezan a desarrollar las mamas para, dos años más tarde, llegar la regla, aunque no siempre es así. Hay niñas con una pubertad precoz y otras que se desarrollan más tarde. En todo caso, el experto considera que, en el caso de la niña india, se dan demasiadas circunstancias a la vez como para asegurar que su edad es superior a los 13 años que reflejaban los papeles oficiales procedentes de la agencia india. «En toda mi vida profesional solo he visto dos casos excepcionales de menstruaciones muy tempranas y respondían a casos excepcionales de niñas con síndromes moleculares que afectan a la pubertad, pero no es lo normal y tampoco lo es en niñas procedentes de otros países».

De este modo, la prueba habría confirmado las sospechas de la pareja, que receló desde un principio de la verdadera edad de la niña, que, según una publicación india, ya tenía la regla y medía 18 centímetros más que la media establecida para niñas de 7 años. «Tiene todo el aspecto de un fraude en cuanto a la edad. Todo es demasiado extraño y extraordinario», asegura.