El ejercicio Valiant Lynx 18, el más importante realizado por la OTAN este año en suelo español, concluyó ayer en el campo de maniobras zaragozano de San Gregorio, contando con la supervisión de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, además del Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), Francisco Javier Varela.

Una visita de alto nivel que sirvió para transmitir «la importancia» de la coooperación con la OTAN y de la preparación de las Fuerzas Armadas «para escenarios exigentes, con amenazas no convencionales», a las que se enfrentan los soldados actualmente, destacó la ministra, elogiando «el espíritu de sacrificio» de la tropa.

El Valiant Lynx ha congregado en San Gregorio a 3.000 efectivos y 700 vehículos, en su mayoría pertenecientes a la brigada acorazada Guadarrama XII, de la base madrileña de El Goloso. En total, contando con las estructuras de mando a nivel división y Cuerpo del Ejército en el campo albaceteño de Chinchilla, el ejercicio ha contado con la participación de 5.000 militares. Y 300 los que han pasado 12 días en San Gregorio, soportando «las inclemencias del tiempo», participarán en el mes de julio en la misión Enhanced Forward Presence de la OTAN para la protección de los países bálticos, concretamente en Letonia.

El ejercicio que realizaron ayer en presencia de Cospedal simulaba de hecho, con fuego real, una respuesta a una invasión de Letonia, por parte de la ficticia nación de Boethia. Los carros de combate Leopardo, los vehículos Pizarro y la artillería, amén de helicópteros y cazas F-18, simularon la acción que realizarían ante tal tesitura en el Báltico.

Durante el ejercicio, además de la estructura de mando y comunicaciones del sistema OTAN, los efectivos de la Guadarrama XII también han tenido tiempo de probar varios prototipos, entre ellos un generador portátil de energía eólica y solar para alimentar el puesto de mando, según explicó el teniente coronel Carlos Berrocal. Un proyecto diseñado por un cabo primero de la brigada.