Un ganadero de Tardienta, Ernesto Ferrer, sufrió ayer un nuevo ataque a su rebaño por parte de un animal salvaje, que le costó dos ovejas y le hirió a otra, en su explotación de la localidad oscense de Almudévar. Un nuevo ataque que aparenta ser de lobo, aunque habrá que esperar los resultados de la necropsia de los animales para confirmar si se trata de este o de perros salvajes.

Sea cual sea el animal ovicida, para el ganadero no es la primera vez, y por su experiencia, «aquí ni se soluciona nada ni indemniza nadie». Recientemente perdió otros animales en Tardienta, y ya le ha ocurrido en otras ocasiones. Ayer, según explicaba, llegó a su explotación ganadera de Almudévar, a las 7.00 horas, y vio a una de las ovejas muerta, a otra malherida, «con las tripas fuera», que hubo que sacrificar y a otra mordida.

Al ganadero parecía no molestarle tanto lo que se pierde por animal (unos 90 euros en este caso, ya preñadas), o los efectos colaterales como los abortos que les genera el estrés, como la falta de medidas por parte de las autoridades. En este caso los animales estaban cercados por un pastor eléctrico, pero los depredadores lo saltan sin mucho problema.

La misma sensación tenía José Luis Lasheras, responsable del sector del ovino en la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA), según el cual los ataques se repiten «cada diez o quince días» en alguna localidad sin que se adopte ninguna medida para remediarlo. «Nunca se sabe si son perros o lobos, luego nos dicen que son perros, pero nosotros perros no vemos por ninguna parte», incidía el ganadero.

La organización agraria reclamó ayer al consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, que capture y traslade al lobo a un lugar que no sea una amenaza para el futuro de la ganadería extensiva, tras este último ataque. Según su experiencia, al no haber fauna de caza mayor en la comarca de Monegros y zonas limítrofes, los depredadores se ceban con el ganado.

Por ello, exigieron a Olona que actúe como la Generalitat de Cataluña que, por la presión del sector ganadero y tras quince ataques del oso Goiat desde abril a ovejas, yeguas y potros, va a capturarlo y trasladarlo. Si allí la normativa lo permite, consideran que aquí también debería.