El teniente de alcalde de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Antonio Gaspar, anunció ayer tras la reunión del Consejo de Gerencia de Urbanismo la convocatoria de un concurso internacional de ideas para diseñar el nuevo estadio en la actual ubicación de La Romareda, en el que participarán entre cinco y siete equipos de arquitectos expertos en equipamientos deportivos.

Estos despachos, seleccionados previamente en un concurso de méritos, elaborarán un proyecto básico del campo y de los usos complementarios lucrativos, comerciales y equipamientos que permitirán financiarlo.

Gaspar advirtió que el proyecto de obras del estadio no se adjudicará "hasta que la Comisión de Ordenación del Territorio de Aragón (COTA) dé vía libre para redactarlo de forma definitiva". Este organismo depende de la DGA y quien puede aprobar o rechazar la modificación del Plan General que se tramita para incluir los usos terciarios en la parcela de La Romareda.

Según el responsable de Urbanismo, la idea es poder remitir al COTA el expediente de recalificación con el informe de alegaciones este mes; el plazo de exposición pública finaliza el próximo día 16 de septiembre. la DGA tendrá entonces tres meses para responder.

Gaspar mostró su confianza en obtener el visto bueno autonómico a la modificación del plan,a que sólo afecta, precisó, a la zona de uso comercial y de oficinas. "Más me preocupa --dijo-- que el ayuntamiento esté solo en la financiación del estadio". En este sentido, apuntó que se han iniciado gestiones con el Gobierno de Aragón y con el Consejo Nacional de Deportes "para ver las condiciones en las que recaudar financiación extramunicipal", dijo.

Gaspar incidió en que los objetivos fundamentales son "tener un estadio de calidad para la práctica deportiva y con usos complementarios en la misma pieza".

"Cuando tengamos los proyectos del concurso internacional de ideas sabremos qué tipo de estadio se proyecta", agregó. Los condicionantes, señaló, serán que el estadio debe tener una capacidad de 30.000 espectadores durante las obras, que una vez concluido "el aforo sea como mínimo de 40.000 plazas".

Subrayó además que no es partidario de que el campo "se alquile a una sociedad anónima deportiva". "Creo más en otras formas de gestión que pasarían por explotar los usos terciarios a través de una sociedad", concluyó.