Menos de un mes después del hundimiento de un tramo de carretera en la cima del puerto, Monrepós fue ayer escenario de otro desprendimiento de grandes rocas que obligó a cerrar dos de los tres carriles de la cara norte, en la que hace varios años que se realizan obras para su conversión en autovía.

El suceso, que no produjo daños personales pese a tratarse de una vía muy transitada, se registró a las 12.00 del mediodía, en el kilómetro 610,5 de la N-330, a solo ocho kilómetros del punto donde el pasado 13 de abril cedió el terreno y fue preciso cerrar la carretera totalmente durante una semana. El de ayer es un tramo con tres carriles, uno de descenso y dos de subida.

Esta circunstancia permitió que el tráfico rodado no se viera totalmente interrumpido, ya que uno de los carriles no se vio afectado por el desprendimiento, procedente de una ladera que ha podido verse afectada por las nevadas y las fuertes lluvias caídas en la zona durante esta primavera.

Agentes de la Guardia Civil regularon el tráfico a lo largo de la jornada. Desde las 12.00 hasta las 15.00 horas solo se pudo circular por un carril, de forma alterna, con el fin de que no se formaran retenciones en ningún sentido. A partir de las tres de la tarde, tras la retirada de parte de las piedras caídas a la calzada, se abrió un segundo carril y desde ese momento se normalizó la circulación por el puerto. Al cierre de esta edición se seguía trabajando en la zona del desprendimiento.

Fuentes del Ministerio de Fomento señalaron ayer que el incidente no tenía nada que ver con el hundimiento del terreno que se registró en el kilómetro 602,5 pocos días antes del puente de San Jorge. «En aquella ocasión, el terreno cedió, pero ahora no se ha producido nada por el estilo», dijeron en Fomento, donde aseguraron que la ladera de la que se soltaron las rocas no ofrece peligro de deslizamiento.

El Centro de Gestión de Tráfico de Aragón señaló que el carril más afectado fue el de vehículos lentos, en sentido Huesca. Al objeto de permitir que una brigada pudiera trabajar en la zona afectada, se decidió cerrar al tráfico el citado carril entre el kilómetro 610 y el 611,5, añadieron las mismas fuentes.

«No se han llegado a formar retenciones importantes porque desde un primer momento se ha dado paso alterno al tráfico que baja del Pirineo y al que sube», comentaron en el Centro de Gestión de Tráfico.

A la hora en que se produjo la caída de las rocas, que llegaron a bloquear por completo el paso por dos carriles, no se registraba mucho tráfico, pese a que ayer numerosas personas viajaron a Jaca para presenciar los actos organizados con motivo de la celebración del Primer Viernes de Mayo.

Se espera que el tráfico se pueda restablecer por el tercer carril a lo largo del día de hoy, una vez reparado el asfalto.