Tras el anuncio de que la DGA iba a financiar Infantil en todos los colegios concertados, sindicatos y padres de la escuela pública se sublevaron. El Gobierno PSOE-PAR, para aplacar los ánimos, propuso un acuerdo de compensación a UGT, CCOO, CSI-CSIF y Fapar, el Plan de Apoyo a la Escuela Pública. Una especie de Pacto por la Educación pero con menos organizaciones. Este plan incluía inversiones millonarias para modernizar los centros escolares y construir otros, integrar auxiliares para niños de tres años, control de los convenios con la escuela concertada, reducción de la jornada para docentes mayores de 54 años y ampliación de la apertura de los centros. Alguna propuesta se ha puesto en marcha, pero el acuerdo no se firmó.