La Guardia Civil detuvo a seis personas por un presunto delito contra la flora y fauna y otro contra la salud pública e intervino más de 2.300 kilogramos de pescado que habían sido capturados de forma ilegal en el embalse de Mequinenza y que tenían como destino Rumanía.

Los agentes, informaron fuentes del instituto armado en una nota de prensa, se incautaron además de 1.400 metros de redes y otras 47 de diferentes tamaños utilizadas para la captura de las especies, "ilegal" por practicarse de forma masiva y no selectiva.

La operación Esparavel fue iniciada por el Serpona a finales de julio pasado a raíz del aumento de la pesca furtiva y derivó en la detención la madrugada del pasado 9 de diciembre de seis personas, de nacionalidad rumana, cuando fueron sorprendidas en sus vehículos cuando salían de la playa Chacón en Caspe (Zaragoza).

Durante esta investigación, en la que han trabajado conjuntamente efectivos del Seprona de Alcañiz y Zaragoza, se constató que los sospechosos se desplazaban desde Alcañiz al embalse de Mequinenza, en horario nocturno, para capturar carpas, carpines, luciopercas y siluros que posteriormente transportaban hasta su vivienda para su manipulación y preparación antes de darle salida al extranjero, donde se destinaría a consumo humano.

Los dispositivos establecidos permitieron sorprender a los sospechosos en la madrugada del pasado día 9 cuando transportaban en sus vehículos gran cantidad de sacos que contenían numerosos peces en redes, así como una embarcación. Para la pesca de la mercancía, que ascendía a 484 kilogramos, se habían utilizado redes de 1.400 metros, considerado un medio de pesca ilegal masivo y no selectivo, por lo que fueron detenidos los seis ocupantes de los vehículos, que ese mismo día pasaron a disposición judicial, y se intervino la mercancía.