El proyecto ganador para la construcción del pabellón de España en la Exposición Internacional del 2008 en Zaragoza recreará una chopera, un bosque de ribera característico del entorno inmediato del Ebro.

El proyecto, que fue presentado ayer en la Delegación del Gobierno en Aragón en presencia de las primeras autoridades y de los responsables de la muestra, es obra del arquitecto navarro Francisco J. Mangado y del Centro Nacional de Energías Renovables de España (CENER), con sede en Pamplona.

El pabellón elegido para representar a España, que ha competido con otros siete proyectos, consistirá en un bosque de pilares forrados de barro cocido que generarán un microclima especial, de gran conforten los meses en que se celebrará la Expo. Los espacios expositivos se hallarán dentro del bosque, mientras que la fachada será de vidrio.

Además, la cubierta está concebida como un gran contenedor de energías renovables, en particular solar y fotovoltaica. Gracias a su extensión y su grosor, servirá de soporte a una serie de paneles y colectores solares que permitirán que el calor y frío generados provenga en un porcentaje muy alto del sol.

El edificio cuenta con un presupuesto de 18 millones de euros que serán sufragados por la Sociedad Española de Eventos Internacionales (SEEI), que ha corrido a cargo de la selección del proyecto ganador del concurso de ideas. Una vez acabada la muestra, el pabellón albergará la Ciudad del Cine y la Imagen.

"Las obras podrían empezar a finales de este año o principios del que viene, para terminarlo a finales del 2007", manifestó ayer Javier Conde, presidente de la SEEI, que advirtió de que todavía es preciso "desarrollar detalladamente el proyecto antes de llevarlo a la práctica".

"Mi propuesta sigue las premisas de ciencia y creatividad establecidas en el concurso de ideas", declaró, por su parte, el arquitecto Francisco J. Mangado, quien subrayó el carácter "básicamente optimista" de la recreación del bosque de ribera.

COMO UNA PILA El pabellón de España tendrá una superficie aproximada de 5.400 metros cuadrados distribuidos en tres niveles (sótano, planta baja y primera planta). La parcela en la que se construirá, ubicada en uno de los accesos al meandro de Ranillas, cuenta con una extensión de 4.200 metros cuadrados.

El pabellón se ha concebido con unos criterios de ahorro energético, utilización de materiales respetuosos con el medio ambiente e integración de energías renovables.

En este sentido, el edificio se construirá como una especie de pila autorregulable. Los pilares forrados de barro cocido (piezas de cerámica de idénticas dimensiones) absorberán el agua y desempeñarán "un papel similar al del aire acondicionado al entrar en contacto con las corrientes de aire", según explicó Florencio Manteca, responsable del Departamento de Arquitectura Bioclimática del CENER.

En cuanto a la cubierta, contendrá placas solares, paneles fotoeléctricos y acumuladores para recuperar el agua de la de la lluvia. Estará apoyada sobre los elementos verticales y estará diseñada de tal forma que graduará la luz mediante el reflejo de los rayos sobre los pilares y la superficie de agua en la base.

"La Expo dotará a Zaragoza de un rico patrimonio arquitectónico", afirmó el alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch, en la presentación del proyecto, mientras que el presidente de la DGA, Marcelino Iglesias, destacó que la muestra supondrá el "despegue" de Aragón. Por su parte, el comisario general de la Expo, Emilio Fernández de Castaño, resaltó que el pabellón de España es una "pieza clave", al tiempo que Roque Gistau, presidente de Expoagua, indicó que el respeto ambiental presidirá todos los proyectos.