--¿Por qué se decidió a participar en una Olimpiada de Biología?

--Todo fue un proceso. En mi instituto, Avempace, un profesor nos propuso participar en la fase local y nos presentamos algunos que estábamos interesados. Quedé entre los tres primeros, lo que otorgó paso al Nacional, donde también me fueron bien las cosas. Los mejores se repartían entre la Olimpiada Internacional, que se celebró en Taiwan, y la Iberoamericana, a la que acudí yo, logrando la medalla de plata.

--¿Con cuántos competió?

--En la Nacional había algo más de 60 participantes, tres por comunidad, aunque Valencia y Madrid estuvieron representados por seis. En la Iberoamericana estábamos 30 estudiantes, procedentes de Portugal, Brasil, Méjico, El Salvador, Argentina, Perú y España. A esta fase solo pude acceder yo de los aragoneses.

--¿Cómo fueron las pruebas?

--Una primera fase teórica, en donde se ponían a prueba conocimientos de Biología, y otra práctica, en la que había que demostrar habilidades en el laboratorio.

--¿Qué fue lo más difícil?

--Sin duda, anudar unas larvas de mosca que nos daban dormidas. Podías matarlas si no estabas acertado.

--¿Y cómo le fue?

--Mal, no lo estuve. Tampoco otros compañeros. Puede que eso fuera clave para perder el oro.

--¿Repetiría la experiencia?

--Sin duda. Hubo un gran ambiente y no parecía una competición. Lo pasamos muy bien. Estas cosas hacen que la Biología te guste todavía más.

--¿Cómo se plantea el futuro?

--Me gustaría hacer algo relacionado con la Biología. Me encantaría investigar en Biotecnología. Sé que no están bien las cosas, pero creo que la investigación es más necesaria que nunca.

--Varios alumnos que participaron en la Olimpiada local de Economía se quejaron de tener que pagar 10 euros por participar. ¿En la de Biología también hubo que pagar?

--En absoluto. No sé quién se hacía cargo pero, desde luego, nosotros no pagamos.

--¿Se considera un genio?

--¿Yo? Solo me gusta la Biología. Voy a empezar ahora la universidad y soy constante. Nada más.