El pacto educativo regresó ayer a las Cortes en un pleno marcado por las descalificaciones vertidas, sobre todo, desde el PP, que vino a acusar a Podemos de «reventar» el pacto y que cargó contra la «cobardía» del presidente del Gobierno aragonés, Javier Lambán.

La consejera de Educación, Mayte Pérez, recordó que remitió el documento del pacto político y social a las Cortes en diciembre del 2016, por lo que el «balón» está «en el tejado» de los siete grupos parlamentarios, a los que urgió a iniciar ya la ponencia.

En respuesta una pregunta formulada por la diputada popular María José Ferrando, la consejera subrayó que ya intentó promover el pacto la legislatura pasada desde la oposición, ante lo que recibió «la negativa por respuesta» por parte de PP y PAR. Ahora, insistió, el Parlamento debe cobrar un especial protagonismo.

Por su parte, Ferrando consideró que el documento «duerme el sueño de los justos» y que su «resurrección» depende de la voluntad de los partidos que sostienen al Gobierno, no del PP. Sostuvo también que Pérez no lidera dicho pacto porque han podido más las políticas «sectarias» de su departamento y la «cobardía» del presidente de Aragón, Javier Lambán, ante Podemos.

En este sentido, apuntó que el Ejecutivo necesitaba un «chivo expiatorio» al que «cargar el muerto» de una «ruptura» social y educativa «sin precedentes» y que por ello han responsabilizado a los populares y reclamó también que sea «valiente» con los que intentaron «reventar» ese pacto social y quieren hacer lo propio con toda la educación aragonesa.

Pérez respondió que con calificativos despectivos no se llega «a ningún sitio». «Frente a los cobardes, yo les digo que son necesarios», dijo.