Javier, el pequeño de 8 años que fue secuestrado por su padre en la capital aragonesa, lleva ya once días en paradero desconocido. La Policía Nacional trata de encontrar tanto al menor como a su progenitor, Javier Ariza López, ya que, según fuentes consultadas por este diario, siguen varias hipótesis tanto en lo relacionado con la localización del menor fuera de Zaragoza como en lo que respecta a la persona o personas con las que puede estar viviendo. Una investigación complicada especialmente porque el progenitor pertenece a un peligroso clan familiar.

Varios miembros del mismo cuentan con antecedentes penales por robos con fuerza e intimidación, tenencia ilícita de armas, violencia de género y hasta tentativa de asesinato. Por este último delito, ocurrido en julio del 2010, tres de los hermanos del padre del niño, José Luis, Antonio y Juan, se sentaron en el banquillo de la Audiencia Provincial de Zaragoza. Juan fue absuelto, ya que, a pesar de intentar inculparse para salvar a sus hermanos al ser el único que no estaba fichado policialmente, ninguno de los testigos ni las pruebas recabadas le situaron en el lugar en el que pudo haber ocurrido un crimen, en la calle Monasterio de la Oliva, situada en el barrio zaragozano de Las Fuentes.

Por el contrario, José Luis y Antonio fueron condenados a 12 y 5 años de cárcel, respectivamente, como autores de la tentativa de asesinato de dos jóvenes. El primero disparó a una de las víctimas en el cuello y a otra en la pierna. Tras los tiros, Antonio Ariza apuñaló en el abdomen a uno de los heridos de bala.

Este suceso se produjo dos horas después de que la selección española de fútbol ganara a la alemana la semifinal de la Copa del Mundo en Sudáfrica. Los acusados se cruzaron en la calle Salvador Minguijón con una pareja con la que discutieron. Poco tiempo después, los cuatro volvieron a coincidir, si bien los hermanos Ariza ya iban armados y de los insultos pasaron a los hechos.

Javier Ariza, el padre del menor, no se vio implicado en este asunto, si bien también cuenta con diversos antecedentes penales propios del clan. Actualmente, sobre él, pesa una prohibición de aproximación y comunicación con respecto a la madre del niño. Le fue impuesta a finales de marzo por, presuntamente, maltratar a la mujer con la que mantuvo una relación de 9 años.

El 8 de mayo, tenía que ir a un punto de encuentro a entregar al menor, pero no lo hizo. Hasta entonces pudo disfrutar de varios días junto al niño en virtud del régimen de visitas establecido en el acuerdo de separación. Por eso, la madre decidió interponer una denuncia al día siguiente, asistida por su letrado José Lozano.

Mientras espera la resolución del caso, vive en un piso de protección, ya que, según la Policía, el riesgo existente sobre su integridad es «alto». Está en tratamiento psicológico.