Los padres de alumnos también admiten su inquietud ante la adaptación a los numerosos cambios que se avecinan con la aplicación de la reforma educativa. "El agobio de los centros está justificado, como también lo está el nuestro porque desaparecen asignaturas, el horario cambia, así como los conceptos, criterios o estándares de evaluación y es demasiada información que requiere un curso acelerado para conocer el nuevo funcionamiento de los centros", apuntaron desde la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (Fapar). En este sentido, las familias avisan de la "dificultad" que, en su opinión, albergará la obligación de conjugar "dos modelos legislativos distintos". Los colegios dispondrán de una mayor autonomía para distribuir las horas lectivas y elegir materias a las que destinar más tiempo.