«El tranvía es barra libre. Yo pago todos los días ida y vuelta y no tengo problema», señala una persona que utiliza una aplicación móvil para cambiar el saldo de las tarjetas bus desde hace ya unos cuatro años. Señala, además, que no ha tenido en este tiempo incidente alguno ni siquiera con los revisores que controlan el título de transporte.

Este usuario de la app llegó a ella mediante otra persona alejada del ámbito informático, por lo que estima que cuando la conoció ya estaría extendida. Sobre la que utiliza él, indica que es la antigua y que solo vale para modificar las tarjetas de Avanza, aunque sabe de otras aplicaciones más modernas que permiten cambiar las ciudadanas y las Lazo. «Utiliza el sistema NFC. Necesitabas un teléfono con esta tecnología NFC y la aplicación», detalla sobre este sistema. Un método que descifra los códigos de la tarjeta, entre los que se encuentra el del saldo. «Era tan sencillo como si borraras con una goma esos dígitos y pusieras otros nuevos. La seguridad era bastante baja», dice, mientras considera que se trata de un problema de fácil solución.

También señala que, desde hace unos dos años, los autobuses ya detectan las tarjetas trucadas, identificación que lleva directamente al bloqueo de la misma. Un punto de vista compartido con otros usuarios de estas recargas, que han visto en las validadoras del autobús un obstáculo.