La directora de desarrollo del Instituto de Salud Global de Barcelona y exministra de Sanidad, Leyre Pajín, ha asegurado que la universidad puede aportar "la mejor ciencia a investigación", además de interpelar a la sociedad, para lograr los objetivos de desarrollo sostenible que recoge la Agenda 2030.

Innovar para difundir los objetivos de la agenda 2030 y reorientar la investigación para lograr los 17 objetivos de desarrollo sostenible, conectar a los distintos actores y crear espacios de desarrollo para la transformación son algunas de las aportaciones que puede hacer la universidad en este campo, según ha explicado este miércoles en un debate en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.

Una jornada en la que ha participado con el director del centro de Innovación y Tecnología para el desarrollo humano de la Universidad Politécnica de Madrid, Carlos Mataix, en torno a lo que pueden hacer las universidades por la Agenda 2030 y que ha sido moderada por el vicerrector de Prospectiva, Sostenibilidad e Infraestructura de Unizar, Francisco Serón, y la directora de conversaciones de Ecodes, Cristina Monge.

Entre los asistentes se encontraban el rector, José Antonio Mayoral, y la consejera de Innovación, Investigación y Universidad, Pilar Alegría.

Pajín ha explicado que la Agenda 2030 supone una "transformación profunda" para la que Naciones Unidas ha marcado, por primera vez, una "hoja de ruta", y plantea retos "globales, universales y multiactorales" porque es el resultado de un diagnóstico "bien hecho" que ha emitido una señal de alarma a la que hay que poner un tratamiento.

En declaraciones a Efe, ha recordado que la Universidad de Zaragoza , junto a la Red de Desarrollo Sostenible y Ecodes, trabaja para aportar "soluciones concretas" a los objetivos de la Agenda 2030 porque es necesario poner a su disposición "la mejor ciencia y la mejor investigación" para buscar soluciones junto al sector privado, la sociedad civil y los gobiernos.

La universidad es "un aliado natural" de esta Agenda 2030 en cuanto al conocimiento de la realidad científica, la posibilidad de encontrar elementos de medición del impacto para saber si cumple la hoja de ruta y porque es "un catalizador" para movilizar a investigadores, estudiantes y sociedad en general.

Y esa es, a su juicio, la diferencia con anteriores procesos: que "por primera vez" la red de desarrollo sostenible convoca a ámbitos muy distintos a trabajar juntos por estos objetivos para los que se requiere una "transformación" que no sea lineal sino disruptiva.

Existen numerosas cátedras entre las universidades, entre ellas la de Zaragoza, que estudian cuestiones como el acceso a la energía o el modelo de movilidad humana y que están "haciendo suyos los objetivos ODS", para los que se necesita un "alineamiento" con la investigación, ha incidido.

Pajín ha valorado que en los dos últimos años España ha hecho un plan nacional de ODS, en el que están implicados "muchos actores que antes no se implicaban", y cuenta con un gobierno que tiene "voluntad política".

"Ahora tenemos que pasar de la discusión, difusión y teoría a una acción transformadora, con impacto", lo que requiere "alianzas" que sean novedosas con sectores muy distintos y que multipliquen el impacto final, ha concluido.

Por su parte, Mataix, ha incidido en la necesidad de llevar a cabo una "transformación del modelo productivo y económico" en la que es imprescindible que la universidad aporte su capacidad de generar conocimiento nuevo, de ilusionar a la sociedad y de ser un espacio de encuentro de actores públicos y privados para sumar sus esfuerzos para lograr los objetivos de desarrollo sostenible.

Mataix, siguiendo el ejemplo de Pajín, ha comparado al planeta con una enfermo al que le sube la fiebre y que requiere un tratamiento para el que existe un medicamento (la ODS-eína) con 17 comprimidos (los 17 objetivos) y un prospecto que hay que leer (para no creer lecturas interesadas) y cuyo principio activo es la "transformación".

Y esa transformación exige empezar a pensar en otro tipo de políticas, con un horizonte y la unión de los actores involucrados y en ese escenario las universidades representan una oportunidad para innovar, conectar con las tendencias y aspiraciones sociales y establecer alianzas.